Por Christian C.
En «El misterio de Belicena Villca», Nimrod de Rosario cita textualmente el antiguo texto hinduista Bhagavad Gita.
Los slokas o versos citados del Bhagavad Gita, permiten apreciar que Nimrod de Rosario consultó la versión de Bhaktivedanta Swami Prabhupada, «El Bhagavad Gita Tal como es».
Aunque los términos traducidos del sánscrito por Swami Prabhupada, puedan en algunos casos suscitar cierta polémica, dudas o confusión, cuando se comparan con la Sabiduría Hiperbórea, trataremos en los casos citados de dar la precisión más exacta, revisando el texto, y aportando su significado desde lo Hiperbóreo.
Y tomamos en cuenta esta versión del Bhagavad Gita, la de Swami Prabhupada,»El Bhagavad Gita Tal como es «, dado que fue la versión consultada y reconocida por Nimrod de Rosario, cuando debió citar extractos del Gita en «El misterio de Belicena Villca», dándole al texto algunos pequeños retoques y comentarios con la orientación hiperbórea necesaria, en el contexto de la novela mágica.
Ante todo, debe contextualizarse el texto Bhagavad Gita, como parte del Mahabharata, épica que junto con el Ramayana, conforma buena parte del legado milenario de la antigua India.
Efectivamente, el Bhagavad Gita, se halla en la sección Bhishma Parva del Mahabharata, y su narrativa refiere un episodio que tuvo lugar en un campo de batalla, Kurukshetra, donde se hallan enfrentados dispuestos a combatir, el ejército de los Pándavas (entre los cuales se halla Arjuna, con quien Krishna mantiene todo el diálogo del Bhagavad Gita) y el ejército de los Kauravas, que injustamente y faltando al Dharma, habían usurpado el trono y territorio que legítimamente correspondía a Yudhistira, el mayor de los cinco hermanos Pándavas.
El Bhagavad Gita comienza cuando el rey Dhritarashtra, padre de los Kauravas, pregunta a su asistente Sanjaya :
» ¡Oh, Sañjaya!, ¿qué hicieron mis hijos y los hijos de Pandu después de reunirse en el lugar de peregrinaje de Kuruksetra con deseos de pelear?»
BG 2.1
Sanjaya era ciego de nacimiento, más poseía el siddhi o poder místico de la visión remota interna, lo cual le permitió ver y escuchar todo cuanto acontecía en Kurukshetra, relatándole esto a Dhritarashtra. Y así es como, la escena se traslada al medio de ambos ejércitos, donde se hallan en una cuadriga o carruaje, Krishna y Arjuna.
Arjuna, flaquea y se siente abatido anímicamente frente a la expectativa de luchar con sus propios parientes que se hallan en el bando enemigo, frente a lo cual Krishna procede a instruirlo en el conocimiento trascendental, para que Arjuna desempeñe su dharma o deber como Ksatriya, posicionándose desde la comprensión del espíritu eterno, increado e indestructible, y desempeñando su función combatiendo, sin apego al resultado de la acción (karma yoga).
El término sánscrito que alude al espíritu «atma» o «atman», puede dependiendo el contexto aludir también al cuerpo, a la mente, y al alma.Se hace necesario aclarar esto para evitar confusiones, ya que «Atma» puede ser utilizado en varios contextos distintos.
Similarmente un error muy común en quienes no están familiarizados con el hinduismo, es confundir brahma (el Deva Brahma) con brahman, o la sustancia espiritual, dado que «brahma» también dependiendo del contexto se usa en ambos casos. Más debe distinguirse entre brahma como espíritu, de Brahma como Demiurgo creador de este mundo, más precisamente Brahmadev.
En «El misterio de Belicena Villca» se comenta lo siguiente en relación al Demiurgo:
«Este es quien ordena el caos y se difunde panteísticamente en todo el Universo (es El también el Brahma hindú
o el Alá árabe, etc., tomadas estas denominaciones en su acepción religiosa
exotérica).»
Nótese aquí que cuando se alude al concepto como Demiurgo del «Brahma hindú», se dice que esto es bajo una «acepción religiosa exotérica». Es decir, no desde el conocimiento iniciático, ya que este término puede tener también otras connotaciones muy distintas.
A este punto resulta conveniente citar el extracto de la novela mágica, donde tiene lugar la exposición referida al Bhagavad Gita:
«Recuerdo un día –prosiguió tío Kurt– en que me encontraba leyendo el
Bhagavad-Ghita, escrito védico perteneciente a la gran epopeya del
Mahabarata, guerra mítica que envolvió en la lucha a hombres, Angeles y Dioses
y de cuyo recuerdo los antiguos arios de la India escribieron y recopilaron.
El Ghita trata sobre la batalla que debe librar el héroe Arjuna para
recuperar el trono, usurpado por su primo. Arjuna es un miembro de la casta
guerrera o sea un Kshatriya y junto a él se encuentra Sri Krishna, encarnación
del Dios Vishnu.
En la primera parte llamada “El pesar de Arjuna”, Arjuna se desplaza con
su carro frente al ejército enemigo comprobando que junto con su primo se han
alineado gran parte de sus parientes y amigos:
26. – Entonces, Arjuna vio allí a sus tíos, tíos-abuelos, instructores, tíos
maternos, sobrinos, sobrinos-nietos, suegros, amigos y Camaradas.
27. – Viendo a los parientes y amigos reunidos allí, Arjuna sintió gran
compasión y muy apesadumbrado, dijo lo siguiente:
28. – 30. –Dijo Arjuna:
¡Oh Krishna!, viendo a esos parientes deseosos de pelear, me fallan los
miembros del cuerpo, mi boca está seca, estoy temblando, el cuerpo se me
estremece, mi piel arde, no puedo sostener el arco. No puedo estar de pie, mi
mente está en un torbellino. ¡Oh Sri Krishna!, veo signos de mal agüero.
31. – 34. –No veo qué bien puedo lograr, matando a mis parientes en la
guerra. ¡Oh Krishna!, Yo no deseo la victoria, ni la soberanía, ni los placeres. ¡Oh
Govinda! ¿de qué nos servirían la soberanía, los placeres, aún la vida misma,
cuando mis instructores, tíos, hijos, tíos-abuelos, tíos maternos, suegros, nietos,
cuñados y demás parientes para quienes deseamos esas felicidades, están
reunidos aquí para luchar, habiendo renunciado a sus bienes, y aún a sus vidas?
35. –¡Oh Madhusudana ! (Krishna) aunque ellos me maten, Yo no quiero
matarlos, ni para reinar en este Mundo, ni para la soberanía de los tres Mundos.
36. – 37. –¡Oh Yanardana ! (Krishna) ¿qué placer tendríamos matando a
los Dharta-Rashtras ? Sería un acto pecaminoso matar a esos agresores. Por
eso, no debemos destruir a nuestros parientes, los Dharta-Rashtras. ¡Oh
Madhaya ! (Krishna) ¿cómo podríamos ser felices, matando a nuestros propios
parientes?
38. – 39. –Aunque ellos, con la mente dominada por la codicia, no ven
ningún mal en destruir a los parientes, ni pecado en ser hostiles a los amigos,
¿por qué ¡Oh Yanardana !, nosotros que vemos el gran mal que nace de la
destrucción de los parientes, no desistimos de cometer ese pecado?
47. –Diciendo esto Arjuna tiró su arco y flechas y, con el corazón muy
dolorido, quedó sentado en su carro.
En la segunda parte del Ghita, llamada “El Sendero del Discernimiento”,
Sri Krishna responde a las inquietantes y angustiosas preguntas de Arjuna.
1. –A él (Arjuna) que estaba así abatido por el pesar y la compasión, con
los ojos llenos de lágrimas y con la mente confusa, Madhusudana (Krishna) dijo
lo siguiente:
2. –Dijo el Bendito Señor:
En este momento crítico, ¡Oh Arjuna! ¿de dónde te viene esa indigna
debilidad no aria, abyecta y contraria al logro de la vida celestial?
3. –No te portes como un eunuco ¡Oh Partha!; eso es indigno de ti; echa
lejos esa debilidad de corazón y yérguete, Oh fulminador de los enemigos!
A continuación Sri Krishna aconseja a Arjuna seguir el “Sendero de la
Acción” (o Karma yoga) y cumplir con su Dharma, o sea con el destino del Kshatriya que es presentar batalla y combatir por la justicia sin preocuparse (a
priori) por el resultado de la batalla, ni por la suerte del enemigo (aunque sean
parientes y amigos).
31. –Considerando tu deber, tampoco deberías vacilar, porque para un
Kshatriya no hay mejor suerte que luchar por una causa justa.
32. –¡Oh Partha! (Arjuna), son realmente afortunados aquellos Kshatriyas
a quienes se les presenta la oportunidad de luchar en una guerra semejante, que
les abre las puertas del Cielo.
33. –Pero, si tú no peleas en esta guerra justa no responderás a tu
reputación, faltarás a tu deber y cometerás un pecado.
Esto debe ser así, dice Sri Krishna, porque la realidad es Maya, ilusión, y
el “enfrentamiento” es circunstancial, sólo perceptible para el que se siente
“enfrentado”. En un plano superior, espiritual, las oposiciones están resueltas, los
enfrentamientos son pura ilusión. El Espíritu no puede matar ni morir, por eso
dice Sri Krishna:
19. –Aquél que piensa que este Ser (Espíritu) mata y aquel que piensa
este Ser es muerto, los dos son ignorantes. El Ser no mata ni muere.
20. –El Ser no nace, ni muere, ni se reencarna; no tiene principio; es
Eterno, inmutable, el primero de todos, y no muere cuando matan el cuerpo.
21. –Aquél que sabe que el ser es imperecedero, Eterno, sin nacimiento e
inmutable ¿cómo puede matar o ser muerto?
22. –Como uno deja sus vestidos gastados o se pone otros nuevos, así el
Ser corpóreo, deja su cuerpo gastado y entra en otros nuevos.
23. –Las armas no lo cortan, el fuego no lo quema, el agua no lo moja y el
viento no lo seca.
24. –A este Ser no se le puede cortar, ni quemar, ni mojar, ni secar; es
Eterno, omnipresente, estable e incambiable; sabiendo que es así no debes
lamentarte.
26. – 27. –Pero, ¡Oh tú, de brazos poderosos! si piensas que este Ser
siempre nace y muere, aún así no debes afligirte por él; porque lo que nace,
muere y lo que muere renace con seguridad. Por lo tanto, no debes sufrir por
lo inevitable.
Sólo cuenta entonces afrontar el conflicto siguiendo el “Sendero de la
Acción”, enfrentando al opuesto y cumpliendo con el Dharma. “No temas matar,
–dice Sri Krishna–, ellos ya están muertos en mí”.
Estaba Yo meditando sobre el precedente párrafo del Ghita, en las
extraordinarias implicancias morales que surgen de este antiquísimo texto
indoario cuando “escuché” nuevamente la Voz:
–No debes engañarte por el significado superficial de los conceptos, Oh
Kurt, hombre de Sangre Pura. El mensaje de Krishna está dirigido a las dos
naturalezas de Arjuna, la anímica y la espiritual. A su parte anímica, a su
naturaleza de animal-hombre, Krishna aconseja continuar con el argumento
dramático en el que está involucrado en razón de su Karma: Arjuna es humano,
está encarnado y vive circunstancias kármicas; debe cumplir el Dharma y
resolver el conflicto de los Arquetipos opuestos; de ese modo realizará la
condena impuesta a priori por los Señores del Karma de Chang Shambalá, la
condena incomprensible de la guerra familiar que pesa sobre su corazón. Pero a
su parte espiritual, a su naturaleza aria-hiperbórea, el Siddha Krishna sugiere
trascender los opuestos, no por medio de su síntesis, cuál podría ser la guerra,
sino situándose en la instancia absoluta del Espíritu Eterno. El Espíritu, “el Ser”,
en efecto, es Eterno o Increado, ajeno a todos los opuestos Creados, que no son
más que Maya, Ilusión. Para el Espíritu no hay vida ni muerte Creada sino
Ilusión y, por lo tanto, no hay pecado ni culpa, no hay deudas que saldar ni
Karma: si la decisión procede del Espíritu, la acción no producirá efecto
posterior sobre Sí Mísmo porque la Ilusión carece de capacidad para actuar
sobre la Realidad del Ser; y esto, cualquiera sea la acción realizada, incluso
matar a los parientes y amigos. Sin embargo el Kshatriya debe cumplir una
condición esencial para que su naturaleza espiritual predomine sobre la parte
anímica o animal: debe endurecer su corazón, debe “echar fuera esa
debilidad no aria”, vale decir, debe despojarse de todo sentimiento
compasivo hacia quienes no son sino actores de un argumento kármico,
pura Ilusión; ellos no existen realmente, no viven, o como dice Krishna “ya
están muertos en mí”. Esta es la Sabiduría de los Señores de Venus de
Agartha: sólo es un verdadero Kshatriya quien posee un corazón duro como
la Piedra y frío como el Hielo; y sólo un Ksahtriya tal puede realizar
cualquier acción, incluso matar, sin que el Karma lo toque. ¡Ese es el Poder,
Oh Kurt, hombre de Sangre Pura, del Kshatriya-Iniciado-Hiperbóreo, el hombre
semidivino que tiene su Espíritu Increado encadenado al Alma Creada.»
Al comienzo del extracto citado, tío Kurt refiere que la guerra del Mahabharata, involucró a «hombres, Ángeles y Dioses».
Situándonos más en contexto, la batalla de Kurukshetra tuvo lugar en una era o Yuga anterior, denominada Dvapara Yuga.
(En «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea, también se menciona este concepto cíclico de 4 yugas, Satya Yuga, Treta Yuga, Dvapara Yuga, y el actual Kali Yuga).
En Dvapara Yuga, al igual que en Yugas anteriores, era común el contacto entre humanos y Devas (Dioses). Y desde ya que tenemos también una categoría de seres celestiales, similares a los «ángeles», denominados Gandharvas, o cantores celestiales, así como por otra parte los temibles y terroríficos rakshasas.
Más también entre «hombres y Dioses» tenemos una categoría intermedia, que es la del «semi dios», nacido del resultado de la unión entre un Deva y una mujer humana.
Tal es el caso de los cinco Pándavas, todos ellos hijos de la reina Kunti (tía de Krishna), y teniendo de padres a Devas celestiales. Todo esto tiene lugar debido a la imposibilidad de Pandu, padre de los Pándavas, de tener hijos debido a una maldición.
Resulta así que Arjuna es hijo nada menos que de Indra, rey celestial de Svargaloka.
Y aquí resulta oportuno mencionar que en otra parte de la novela mágica, en la historia de la princesa Isa, se menciona a Indra como uno de los guerreros alineados con los Siddhas leales:
«Junto a los grandes Héroes del pasado.
Odín, Wothan, y Wiracocha,
Heracles, Indra y Quetzacoatl,
desde el Valhala llegarán cantando,
rodeados de Walkirias primorosas
y música de antaño.
Y Ellos levantarán Ejércitos enormes
de Vivos, Inmortales y Resucitados.»
En la brillante exposición del conocimiento iluminador que Krishna brinda a Arjuna, cabe destacar un concepto sumamente relevante en la Sabiduría Hiperbórea, y es el antiguo concepto en la filosofía de la India, de Maya o la ilusión.
Arjuna debe erguirse como guerrero primero internamente, yendo más allá de las consideraciones materiales relativas al cuerpo, en cuanto la «piedad» por sus supuestos parientes, ya que el Atman o espíritu está más allá de todo lo concerniente a lazos corporales.
Así, actuar bajo la comprensión humana limitante de amigos y parientes, llevando a incumplir el dharma, sería actuar en maya o ilusión.
Esta shakti o energía ilusoria, se despliega, como bien Krishna cita en otra parte del Bhagavad Gita, en tres cualidades o gunas : Satva guna o bondad, raja guna o pasión y tama guna o ignorancia.
Tomemos en cuenta que Arjuna, al igual que sus otros hermanos Pándavas, es no solamente un ksatriya, sino también un Ario, es decir que posee el linaje de valores tales como el honor y el heroísmo, ya implícitos en su propia sangre.
La palabra sánscrita guna significa también «cuerda», y es justamente el lazo o cuerda del encadenamiento a la ilusión. Las tres gunas, el tiempo, y el karma, son los tres aspectos condicionantes del mundo material, de los que hace una extensa exposición Krishna a Arjuna.
Desde ya que actuar por «piedad», dado que en el ejército enemigo se hallaban tíos, primos, etc, sería una consideración desde satva guna o la modalidad de la bondad. Pero, a fin de cuentas, sería actuar bajo la ilusión o maya.
Este es justamente uno de los aspectos clave del condicionamiento material kármico. Qué tanto las buenas como las malas acciones generan sus correspondientes reacciones, condicionando tanto a la felicidad o aflicción de este mundo. A un futuro nacimiento de opulencia y disfrute, o a un nacimiento miserable de infortunio y sufrimiento.
Uno puede elevarse incluso dentro del mundo material a Svarga Loka, o el mundo celestial, teniendo luego que descender a este mundo, Martya Loka (el lugar de la muerte), cuando el mérito piadoso se ha agotado.
Es decir, el desplazamiento en el mundo material a través de los catorce lokas, mundos superiores e inferiores, no permite la liberación de la rueda de nacimientos y muertes, o samsara.
El propio Krishna, citando el Bhagavad Gita, dice:
«Desde el planeta más elevado del mundo material hasta el más bajo de ellos, todos son lugares de sufrimiento en los que ocurre el reiterado proceso del nacimiento y la muerte. Pero aquel que llega a Mi morada, ¡oh, hijo de Kuntī!, nunca vuelve a nacer.»
BG 8.16
Podemos apreciar, que distintas situaciones de vida, de disfrute o sufrimiento, no son más que el resultado de la interacción de las gunas, en distintas formas o variedades, u expresiones arquetípicas.
Luego, en relación al condicionamiento de las gunas, el conocimiento expuesto por Krishna concuerda perfectamente con la Sabiduría Hiperbórea, en cuanto el Yo, como expresión del espíritu, es completamente ajeno al mundo de Maya. Dos slokas del Bhagavad Gita serán suficientes para ilustrar este punto:
«Una persona con conciencia divina, aunque se dedique a ver, oír, tocar, oler, comer, desplazarse, dormir y respirar, siempre sabe para sí que de hecho no hace nada en absoluto, pues mientras habla, evacua, recibe, y abre o cierra los ojos, siempre sabe que solo los sentidos materiales están ocupados con sus objetos, y que ella está apartada de ellos.»
BG. 5/8-9
«El alma espiritual que está confundida por la influencia del ego falso se cree la autora de actividades que en realidad son ejecutadas por las tres modalidades de la naturaleza material.»
BG 3.27
Nótese aquí los términos utilizados: «alma espiritual», y «ego falso». Desde la perspectiva de la Sabiduría Hiperbórea se comprende que se está aludiendo aquí al Yo, principio espiritual eterno, subsumido en el sujeto anímico, o Ahankara, el ego falso.
Esta doble naturaleza, de espiritual y anímica, es lo que caracteriza la naturaleza dual del Virya en este mundo.
Un punto para destacar es que Krishna es mencionado como avatar de Vishnu.
Este concepto de «avatar» es citado a menudo en la Sabiduría Hiperbórea, y significa en sánscrito «Aquel que desciende»., Entendemos aquí, del mundo del Incognoscible.
Ciertamente, en la tradición hinduista, más allá de sus diferentes vertientes y sectas, Krishna es considerado por lo general como el octavo avatar de Vishnu. Y se trata de un avatar doble, ya que Krishna aparece junto con su hermano Balarama, avatar o encarnación del Naga, o gran serpiente cósmica, Ananta Sesha.
Y dado que Nimrod de Rosario valida la condición de Krishna como Siddha, y el conocimiento que le transmite a Arjuna, resulta indudable, que Vishnu, de quien Krishna se dice es un avatar, remite al Incognoscible.
El significado del nombre Krishna es «Supremamente atractivo», así como desde otra etimología, Krish significa «el repetido ciclo de nacimientos y muertes», y Na significa «El que corta».
Más también otro significado de Krishna, es el de «oscuro» o «negro». Tal vez por su complexión como las nubes cargadas de lluvia, más cierto tinte azulado. Más al respecto, algunos ocultistas de mano izquierda lo han comparado con el sol negro, dada su esencia de radiación oscura.
Existen variados conceptos acerca de Krishna, destacándolo algunos (como la vertiente Gaudiya Vaishnava) incluso por sobre Vishnu.
Más retornemos a Vishnu, de quien se dice por lo general que Krishna es su avatar.
Para una mejor comprensión de este tema o tattva, digamos asimismo que más allá de las disputas y desavenencias entre seguidores de Vishnu (vaishnavas) y seguidores de Shiva (shivaistas), un estudio profundo del shastra, en textos como los Vedas, Puranas, Upanishads, Mahabharata y Ramayana, revela que Shiva se halla asimismo en la condición de Vishnu Tattva, es decir otra manifestación o aspecto al mismo nivel de Vishnu, en el plano del incognoscible.
No resulta por el contrario similar la consideración respecto a Brahmadev, equiparado aquí con el Demiurgo, como creador de este mundo.
Y este es un punto clave de la tradición hinduista, en sus distintas vertientes, que se distingue entre Brahma o el creador de este mundo, y la verdad absoluta, en el mundo increado del Incognoscible.
De hecho, si consultamos el Shiva Purana, encontramos que Shiva en su terrible aspecto de Bhairava, corta una de las cabezas de Brahma, justamente por la pretensión de Brahmadev de ser el Dios primordial, y fuente de todo.
Acorde a los textos puránicos, ha habido otros Brahmas en kalpas anteriores, y de otros universos, lo cual conecta con la idea de que hubo ya otros Demiurgos, así como puede haber otros posteriormente.
Siendo así, Brahmaved puede también, tras un inmenso período incalculable de tiempo, tener su fin o «muerte», pero luego surgir otro Brahmadev, si no en este, en otro universo. Y aquí se entiende más claramente la reflexión que alguna vez comentara Nimrod de Rosario, en cuanto que el Demiurgo es eterno. Ya que la visión de Nimrod de Rosario como Siddha, va más allá del presente kalpa y mundo.
El ámbito o radio de Brahmadev se limita a este mundo, y sus catorce sistemas planetarios, donde rigen el nacimiento y la muerte.
Por el contrario, la morada de Shiva, Kailas, y la morada de Vishnu, Vaikuntha, se hallan referidas como fuera del mundo material, en un ámbito increado y eterno.
De igual modo, cuando se mencionan a los Devas o Dioses, se distingue entre Devas y el ser absoluto, eterno e increado, más allá de todos los Devas.
Siendo el hinduismo sumamente complejo, debe distinguirse entre las verdades metafísicas expresadas en forma filosófica, tal como en el Vedanta Sutra o en los Upanishads, de las mismas verdades expresadas bajo un paradigma mítico-cosmogónico, como aparecen por ej. en los Puranas.
Y en los Puranas particularmente aparece el concepto de «lila», definido a falta de una traducción literal del sánscrito, como «pasatiempo», «juego», o «recreación» de los Dioses.
Concepto este el del lila sumamente relevante para comprender la interacción de los Siddhas, su división en dos bandos y su oposición en diferentes mundos a escala cósmica.
Precisamente una clave de la Sabiduría Hiperbórea cuando se aborda el complejo estudio del hinduismo, es que debe uno tomar en cuenta tanto el tattva como el lila, para ir más allá de lo arquetípico, y no quedar capturado en los símbolos sagrados que tanto aparecen en el hinduismo.
Quedar capturado y fagocitado por algún símbolo sagrado hinduista, puede hacer fracasar al Virya, enmascarando en su comprensión, arquetípicamente al Incognoscible.
Y tanto se puede quedar capturado por un argumento del tattva, una concepción cosmogónico/filosófico/metafísica, como quedar capturado por el mito (lila).
En la historia de Krishna, se aprecia que su nacimiento fue en modo místico, sin nacer del contacto humano entre sus padres Vasudeva y Devaki.
Incluso antes de asumir la forma «terrenal» de un bebé, se les manifestó a sus padres en la forma de cuatro brazos de Vishnu!
Y así como el nacimiento de Krishna ocurrió en forma no humana sino trascendental, de igual modo sus actividades o lilas. De hecho, quien comprende la naturaleza trascendental de estos lilas de Krishna, se libera del condicionamiento material, como el propio Krishna dice.
«¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi aparición y actividades, al abandonar este cuerpo no vuelve a nacer de nuevo en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna.»
B.G 4.9
En el extracto citado del Bhagavad Gita que aparece en la novela mágica, se mencionan distintos nombres de Krishna, tales como Govinda, Madhusudana, Janardana, etc, los cuales remiten a diversos lilas o pasatiempos de Krishna.
Retomando el tema del Mahabharata, que significa «La gran historia de Bharata» (siendo Bharata Varsha el antiguo nombre de la India), encontramos que, al igual que en los Puranas y el Ramayana, aparecen allí los objetos voladores denominados Vimanas, que también refiere Nimrod de Rosario en su obra.
Existe un extraño texto, el Vimanika Shastra, donde se describe la configuración del propio Vimana por dentro, y funcionamiento. Conceptos todos que remiten a la física hiperbórea, en cuanto el dominio de los átomos gravis, permitiendo que estos extraños objetos volantes puedan, sin motor ni combustible (ciencia sinárquica), desplazarse en el espacio y la atmósfera a increíble velocidad, pudiendo incluso cambiar de forma o apariencia.
El Vimanika Shastra fue canalizado por un médium hindú, cuestión que ha dado lugar a los críticos racionalistas para declarar que se trata de una falsificación.
Más en nuestra consideración, se trata de un ancestral conocimiento canalizado, que fue utilizado en la antigua India, como lo prueban el Mahabharata y el Ramayana.
Aunque se atribuye al místico Subbaraya Shastry, su auténtico origen en época puránica lo remite al Rishi Bharadvaja.
También en estas antiguas épicas se mencionan un tipo de armas denominadas Brahmastras. Es decir, armas que podían activarse por medio de mantras, y dirigirse directamente al blanco u objetivo, sin ser interceptadas ni detenidas por nada.
Estas armas eran tan letales como el láser, y un indicio de su uso en la gran guerra del Mahabharata, es que en época actual se han encontrado vestigios de radioactividad en Kurukshetra!
También había variedad de Brahmastras, desde armas de fuego, agua, aire, etc, con una tecnología hoy día desconocida por la ciencia sinárquica.
Tenemos así por ej. el Narayanastra, Vayuastra, Agniastra, etc.
El propio arco de Arjuna, no era un arco común como uno podría pensar, sino un arco que le fue dado según consta en el Mahabharata a través de Agni y Varuna, arco que al lanzar flechas, disparaba más bien una clase de «misiles» envueltos en llamas!
Este tipo de armas mágicas siempre existieron, así como las runas que son armas utilizadas por los Viryas, entregadas por Wotan.
Y en época más reciente, otro ejemplo de un arma mágica es el famoso sable del general José de San Martin, que legó luego al gran guerrero Juan Manuel de Rosas. Este sable, dice la tradición oculta, fue fabricado con materiales alquímicos.
sanj
Siendo que Krishna expone estratégicamente a Arjuna distintos senderos de Yoga,tales como karma yoga, jñana yoga, raja yoga y bhakti yoga, mencionando aquí los principales, debe considerarse que al final del Bhagavad Gita, luego de toda la exposición dada, Krishna le dice a Arjuna que deje atrás todas esas consideraciones, que abandone todos los principios relativos al dharma (temas de los que estuvo hablando previamente), y que tan solo lo siga a él, con actitud de entrega, sin temor a las consideraciones kármicas.
Esto recuerda el lazo carismático entre un Siddha y un Virya. En concreto, y parafraseando a Krishna, el Gita dice :
«Abandona todas las variedades de religión (dharma) y tan sólo entrégate a Mí. Yo te liberaré de todas las reacciones pecaminosas. No temas»
BG. 18-66
Aquí cabe acotar que la liberación de las reacciones kármicas atañe tanto a las piadosas como las impías, pero dada la consideración que Krishna le está hablando a Arjuna como ksatriya, utiliza la expresión «reacciones pecaminosas» o «sarva-papebhyo», dado que el Ksatriya es el protector del dharma.
Por último, el Bhagavad Gita concluye cuando Sanjay le dice a Dritharashtra:
«Dondequiera que esté Kṛiṣhṇa, el amo de todos los místicos, y dondequiera que esté Arjuna, el arquero supremo, es seguro que estarán también la opulencia, la victoria, el poder extraordinario y la moralidad. Esa es mi opinión».
BG 18-78
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