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El secreto de la Serpiente en el antiguo Egipto

Por Christian C.

Entre diferentes tradiciones místicas de ancestral antiguedad, se destaca como mayor foco iniciático el antiguo Egipto. El mismo indicio de esto lo tenemos en la serpiente, que se halla presente por doquier. Sea en la corona de los faraones, como la serpiente Ureo, en los textos de las pirámides, los textos funerarios de los sarcófagos, las divinidades representadas en deidades de templos, o los misterios de Isis y Osiris.

La omnipresencia de la serpiente en todos los ámbitos de la tradición egipcia, es el más claro indicador del misticismo de Egipto y su custodia de los secretos iniciáticos.

Su mismo nombre en la antiguedad, Khem , aporta la clave del misterio.

Etimológicamente significa » tierra negra» ( por contraposición a la tierra roja del desierto). Más un significado esotérico del término, remite al dominio de las artes ocultas, las artes negras, los sombríos misterios ocultos de la muerte y el abismo. Misterios en que eran iniciados los seguidores de la Serpiente.

Y precisamente del nombre Khem deviene Al-khem, de donde tenemos alquimia!

No debe dar lugar a equívocos, el hecho que tras el hundimiento de la Atlántida, una gran migración de Atlantes aliados de los Siddhas traidores emigrase a Egipto., Ya que durante los tiempos atlantes, se mantenía un fluido contacto entre la Atlántida y Egipto, habiendo atlantes de ambos grupos.

Y de igual modo, pese al foco de migración de los atlantes aliados a los Siddhas traidores, continuaron habiendo iniciados egipcios que respondían a los Siddhas leales.

Debe acotarse a este punto, que según la tradición egipcia, el Amenta o submundo ,sitio donde se hallaban sus ancestros, se hallaba al oeste de Egipto., Y es la misma ubicación espacial que se atribuía desde las coordenadas geográficas de Egipto a la Atlántida., Lo cual significa que los atlantes eran considerados por los egipcios como sus ancestros!

De modo que el legado atlante-luciferino fue heredado ciertamente por Egipto, lo que se trasluce en la relevancia y presencia de simbología serpentina u ofídica egipcia.

Son muchísimas las divinidades egipcias que presentan apariencia o atributos ofídicos.

Desde Toth, asociado con el iniciado sabio Imhotep, Dios de la sabiduría y portador del caduceo serpentino, Isis, de varios aspectos o teofanías con apariencia serpentina, como por ej. Isis-Thermutis, y su consorte Osiris, que protagoniza el proceso iniciático de muerte, descenso al inframundo, y retorno a la vida a través de la magia de Isis.

Se decía que Osiris había entrado por la cola de una serpiente y salido por su boca, lo cual alude precisamente en clave iniciática a ese mismo proceso.

Tenemos también el caso de Ra, que se decía había «encadenado la serpiente», lo que es una forma velada de significar que dominaba el poder serpentino.

Algunas divinidades se expresaban directamente con forma de serpiente, como Apophis, la serpiente del Duat o inframundo ,la serpiente Renenutet, o Udayet.

En otros casos, aparece una hibridación, como en Kebechet , la hija de Anubis, que presentaba cabeza de serpiente.

Incluso el Dios cocodrilo Sobek, es un manifestación de la antigua Serpiente. El caso de Sobek es emblemático, porque según ciertas variantes del mito, era considerado una encarnación del propio Seth.

Una de las pruebas iniciáticas que debían superar los iniciados, era atravesar un lago o canales fluviales donde hubiera cocodrilos (representaciones de Sobek), sin ser el adepto devorado. Con lo que se obtenía un grado iniciático o maestría, dominando las aguas, las pasiones, y esencialmente el temor a la muerte, siendo así transmutado.

Y más allá de esto, el iniciado alcanzaba el poder de su aspecto reptílico primordial, representado aquí por Sobek, que como se mencionó antes, asociado a Seth, aporta todas las claves iniciáticas.

La cosmogonía y teogonía de los egipcios variaba segun la región y época, habiendo cuatro centros o focos principales : On o Heliópolis, Memphis, Hermópolis, y Tebas.

Independientemente del caso en cuestión, la serpiente siempre tiene un protagonismo esencial.

Atum ( divinidad suprema en Heliópolis) era retratado como una serpiente de fuego, que emerge de la profundidad de las aguas increadas primordiales, el Nun.

El Dios Ptah ,en Memphis ,era conocido como «señor de la oscuridad», «señor de la magia», y «señor de las serpientes».

Según otras fuentes, se decía su manifestación también tuvo carácter ofídico, ya que había «nacido» de un huevo puesto por Kneph, bajo aspecto de serpiente.

En el caso de la pareja de Dioses de la Odgoada ( 8 Dioses) de Hermópolis, todos ellos bajo la regencia de Ra, se habían manifestado como serpientes.

Con esas paradojas que en ocasiones presentan los mitos, estos ocho Dioses eran considerados como progenitores de Ra, y al mismo tiempo sus hijos. Lo cual, considerando el caracter serpentino mencionado, indica que Ra también poseía esa esencia ofídica.

Y en el caso de Amón de Tebas, era identificado con Atum, Ptah y Ra, lo que lleva implícito su poder serpentino.

Debe acotarse que Amón, significa «oculto», lo que alude al Incognoscible, más allá de este mundo.

Pese a ser asociado o identificado con el sol, bajo distintas apariencias ( Khepri en el amanecer, Ra en el mediodía o Amón mismo en la puesta del sol), estas son máscaras hipostáticas, detrás de las cuales su auténtico carácter solar es el del sol negro.

Y esto nos lleva a Atum, el sol negro u oculto, la Serpiente del origen, quien tiene un aspecto no manifiesto y fuera de este mundo , » A», indicándose aquí la serpiente Apophis, y un aspecto manifiesto » Tum». Atum emana nueve manifestaciones o Dioses, conocidos como la Enneada. Sin entrar en la complejidad de la Enneada, y su significado esotérico más allá de lo aparente, uno de estos Dioses, Seth, no esta sujeto a ninguna ley cósmica, sino que rige el caos y la oscuridad primordial.

Ciertamente, el nombre Seth deriva de Suth significando sombra u oscuridad, siendo el Dios sombrío del desierto, el Dios de la la oscuridad y el caos, la antigua Serpiente.

Seth es la Serpiente en el mundo manifiesto, en tanto que más allá de este mundo, su aspecto oculto es Apophis.

Se deía que Seth protegía a Ra en su » barca solar» ( «barca» que era un Vimana, siendo un modelo de geometría hiperespacial , hiperdimensional y suprahumana ) de los ataques de Apophis. Más al mismo tiempo, Seth era un aspecto de Apophis! Es decir, tras la dualidad de este mundo, y su confrontación de opuestos, se halla la síntesis y trascendencia en la serpiente.

Ilustrando este mismo punto, tenemos que cuando Ra mira al abismo , ve a Apophis. Pero aquí, la Serpiente Apophis , es su mismo fundamento oscuro desde el Origen. El doble oscuro de Ra.

En tal sentido se dice que todos los Dioses egipcios eran configuraciones de escamas de la antigua Serpiente, Apophis.

El termimo egipcio con que comunmente se designa a los Dioses es NTR o Neter ( en plural Neteru). Más aunque Neter fue traducido como «Dios» por los académicos, un significado más aproximado y correcto según otra fuente sería el de » fundamento oscuro del abismo». Es así que detrás de la manifestación visible de los Dioses egipcios en el mundo o espacio , se halla un fundamento oculto de su manifestación, cual buraco negro en el espacio, que tiene una representación en las aguas increadas del Nun, completamente ofídica.

Asi, independientemente de su representación iconográfica, los Dioses egipcios, sean de aspecto zoomórfico, antropomórfico, o antropozoomórfico, tras esa apariencia se halla su esencia reptil.

Los rostros de animales tan conocido, como el halcon, buitre, chacal, etc, son máscaras totémicas dentro de la manifestacion cósmica, máscaras detrás de las cuales todos los Dioses son serpientes o reptiloides.

En ultima instancia los Dioses son concebidos aquí ( independientemente de su función) como la personificación de fuerzas primigenias oscuras, con máscaras totémicas. Y tienen como fundamentación última un substrato ofídico procedente de la Antigua Gran Serpiente.

Estos Dioses, bajo la denominación de Neteru, junto a los seguidores de Horus o Shemsu-Hor, conformaron en el Egipto predinástico los ancestros sabios ofídicos de todos los faraones que surgieron posteriormente.

Como se menciono previamente, independientemente de la tradición de Heliópolis, Memphis, Hermópolis o Tebas, la serpiente se halla siempre al comienzo, en una instancia al principio y antes del tiempo cósmico.

Y de igual modo ocurre cuando llega el Pralaya o fin del período y retraimiento de la manifestación cósmica. Las Diosas de la cosmogonía egipcia, se dice se sacan sus máscaras de diversos animales, y asumiendo su forma original de serpientes, comienzan a devorar la creación.

Del mismo modo los Dioses, que desde su condición reptiloide permanecen inmutables, sin ser afectados por esta disolusión, se mantienen en el centro inmutable. Así todo va siendo devorado, hasta alcanzar el centro, o «vacío», en cuanto libre o más allá de condicionantes de materia, tiempo y espacio.

Todo surge de la Serpiente, y a ella retorna. Es decir, existe una fundamentación ofídica tras toda manifestación e inmanifestación, y todo este proceso, así como el retorno al Origen, se explican a partir del fundamento o substrato ofídico, mediante lo dextrógiro y lo levógiro.

Sin olvidarnos claro, el componente esencial del «lila» o juego-competencia de los Siddhas o Dioses, de un bando o del otro, en todo este entramado.

Allí la clave de comprender a la Serpiente desde el Origen, es decir desde la sangre, con el signo del origen.

En una parte del libro egipcio de los muertos , Osiris le pregunta a Atum que ocurrirá al final de los tiempos. A lo que Atum le responde que solo permanecerán ellos en forma de serpientes.

Cabe acotar que Seth es el doble oscuro de Osiris, y Apophis el doble oscuro de Atum. Siendo Seth y Apophis expresiones de la Gran Serpiente.

Tal relevancia mantenía la serpiente en el antiguo Egipto, que el faraón ostentaba la cobra en su corona, como referente de poder, protección y divinidad. Siendo un iniciado en los misterios de la Serpiente, y perteneciente al linaje de la Serpiente.

Es que el faraón, era una encarnación del verbo y poder oscuro del Dios oculto, es decir la Antigua Serpiente.

Más allá de las diversas cosmogonías según la época y psicorregión, es en la sabiduría de Egipto, bajo el velo iniciático de los mitos, como se puede comprender perfectamente a la Serpiente.

Atendiendo al fundamento ofídico de Neter, y teniendo en cuenta el juego e interacción de los Dioses ( Siddhas), se atisba la profundidad abismal de estos antiguos y ocultos misterios.

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