por M. I. García V.
René Guenon (1886-1951) fue un buscador toda su vida, y al igual que Samael, Krumm-Heller y tantos miles de otros, no pudo hallar la Gnosis auténtica (Gurdjieff estuvo mas cerca de hallarla, pero tampoco lo logró), y como ellos, vivió extraviado, buscando a ciegas, y así de extraviado llegó a su muerte.
Digo que fue el de Guenon un triste destino porque a la edad de veintitrés años estuvo más cerca de hallar la Gnosis que a los sesenta y cinco. Tenía Guenon veintitrés años cuando publicó su primer escrito, «El Demiurgo», en el primer número de la revista «La Gnose», que él mismo había fundado, y lo hizo con el seudónimo de Palingenius. En esta etapa de su vida Guenon era miembro de la Iglesia Gnóstica, y buscaba la Gnosis Verdadera, es decir, el Conocimiento especial y salvador capaz por sí solo de liberarlo realmente de la influencia y del mundo del demiurgo.
En este primer escrito que publicó, Guenon presenta una amplia gama de confusiones, como es natural y lógico en todos los que hemos nacido y sido educados en este mundo, sobre todo la mezcolanza de cábala hebrea con hinduísmo, los dos Brahmas, etc., pero hay unas pocas frases significativas que merecen ser citadas aquí:
«…y encierra así a los seres sobre los cuales ejerce su poder en el dominio de la confusión y de la división. Este dominio es el Imperio del Demiurgo.»
«…y está encerrado en el dominio del Bien y del Mal, en el Imperio del Demiurgo.»
«Así, por ese mismo conocimiento, el hombre es liberado de las ataduras de la Materia y de la existencia individual, ya no está sometido al dominio del Príncipe de este Mundo, ya no pertenece al Imperio del Demiurgo.»
«De lo que precede resulta que el hombre puede, desde su existencia terrestre, liberarse del dominio del Demiurgo o del Mundo Hylico, y que esta liberación se opera por la Gnosis, es decir por el Conocimiento integral.»
«Esta identificación solo es alcanzada por aquel que posee integramente el triple Conocimiento, por el cual es liberado para siempre de los nacimientos mortales; es lo que se expresa diciendo que solamente los Pneumáticos son salvados. El estado de los psíquicos no es más que un estado transitorio; es el del ser que ya está preparado para recibir la Luz, pero que todavía no la percibe, que no ha tomado consciencia de la Verdad una e inmutable.»
«No hay otro medio de obtener la liberación completa y final que el Conocimiento.»
«…antes de llegar a este grado, el ser pasa por un estado intermedio, el que corresponde al Mundo psíquico; entonces cree ser, ya no el cuerpo material, sino el alma individual, puesto que para él no ha desaparecido toda distinción, porque todavía no ha salido del dominio del Demiurgo.»
«Imaginándose que es el alma individual, el hombre se asusta, como alguien que toma por error un trozo de cuerda por una serpiente; pero su temor es alejado por la percepción de que él no es el alma, sino el Espíritu universal.»
«…si la distinción entre el Bien y el Mal es ilusoria, si en realidad no existe, lo mismo debe suceder con la moral, pues es evidente que la moral está basada en esta distinción, a la que considera esencial. Esto sería ir demasiado lejos; la moral existe, pero en la misma medida que la distinción entre el Bien y el Mal, es decir para todo lo que pertenece al dominio del Demiurgo; desde el punto de vista universal, no tendría ninguna razón de ser.»
«Esto indica que hay que tener mucho cuidado en no confundir los diversos planos del Universo, pues lo que se dice de uno podría no ser verdadero para el otro.»
«…exteriormente, es en todo parecido a los demás hombres, pero sabe que no es más que una apariencia ilusoria, y esto es suficiente para que esté liberado de la acción, puesto que es a través del Conocimiento como se obtiene la liberación.»
«Tal es el estado al que llega el ser por el Conocimiento espiritual; así es liberado para siempre jamás de las condiciones de la existencia individual, liberado del Imperio del Demiurgo.»
Estos fragmentos son a mi criterio lo único recuperable de todo un escrito plagado de terribles confusiones. Pero nadie ha nacido despierto en este mundo demiúrgico, aunque en la mayoría de los casos se está más despierto y menos confuso en los primeros años de vida que en la vida adulta. Cada vez se nos adormece y confunde más, y cada vez se hace más difícil despertar.
Este primer escrito de René Guenon lo publicó a la edad de veintitrés años. Pocos años después ya estaba dentro de una logia martinista, y enseguida ingresó a la masonería. Y así continuó Guenon su largo periplo de búsqueda de la Gnosis de liberación, confundiéndose y extraviándose cada vez más, hasta terminar convertido al Islam, adorando y rezándole al demiurgo cinco veces por día. Todo lo contrario de lo que aspiraba lograr a los veintitrés años: liberarse del dominio del demiurgo. También se casó siendo viejo y tuvo hijos de la carne, como lo ordena el Islam, mejor dicho, huérfanos de la carne, porque enseguida falleció. Que triste destino el de René Guenon. No pudo dejar de ser polvo y al polvo retornó. Una oportunidad perdida. Una vida desperdiciada. ¿Pero acaso no es ese el triste destino del 99,99 por ciento de toda la humanidad?
René Guenon cuando buscaba la Gnosis
René Guenon casado y sin la Gnosis