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Etiqueta: circuncisión

Filicidio: destruir a los hijos para agradar a Jehová

Mario I. G. Vives

Hay tres formas de destruir a un niño: destruirlo antes de nacer, a poco de nacer o durante su infancia.

Estas tres formas son: el aborto, la mutilación genital o circuncisión y la pedofilia.

ABORTO:

Para el judaísmo y el islam, hasta los tres meses de gestación el feto no es un ser humano, podemos hacer lo que queramos con él. Y el alma solo es insuflada durante el nacimiento. O sea que hasta el nacimiento el bebé es un ser sin alma.

Los sacrificios humanos ofrendados al demiurgo Jehová-Baal de los antiguos hoy se llaman abortos.

MUTILACIÓN GENITAL O CIRCUNCISIÓN:

Para el judaísmo y el islam, la circuncisión es obligatoria. Sin circuncisión el hombre no está completo. En su pacto con Abraham, Dios le ordenó circuncidar a todo varón.

Sabidas son las consecuencias nefastas de esta práctica repugnante: psíquicas, fisiológicas, neurológicas etc.

Su objetivo es formar hombres castrados, impotentes, frustrados, llenos de odio, etc.

A los primogénitos antes se los arrojaba a un horno ardiente. Luego se optó para castrar a los primogénitos. Y luego, a todos, la ablación del prepucio.

PEDOFILIA:

Para el judaísmo y el islam la pedofilia es permitida.

En el talmud judío se permite el coito con niñas de tres años de edad en adelante. (Tratados Yebamot, Abodáh Zarah, Ketubót, Sanhedrín).

Ejemplos:

“Se permite tener relaciones sexuales con una niña de tres años y un día de edad” (Sanhedrín 55b, p. 376).

“El coito con un niño menor de ocho años no es fornicación” (Sanhedrín 69b, p. 470).

“Si un hombre comete sodomía con un niño menor de nueve años, no son culpables de sodomía” (Sanhedrín 54b, p. 371).

En el islam la edad de las niñas para casarse y tener relaciones sexuales es de nueve años en adelante, pero el Profeta Muhammad desposó a Aisha, su tercera y preferida mujer, cuando ella tenia seis años de edad. Pero para los creyentes islámicos el ejemplo de su Profeta es sagrado, todo lo que hizo es bueno y digno de ser imitado, incluyendo estos actos.

EN LA ACTUALIDAD:

Estos antiguos cultos canaanitas en honor a Baal han continuado firmes a lo largo de la historia, aunque cuidando que no se hagan públicos. Para ello es necesario haberse apropiado de los medios de comunicación y tener suficiente dinero para sobornar a políticos, policías, abogados y jueces.

Estos antiguos cultos pasaron al judaísmo a través de los fariseos talmudistas, y se siguen practicando hasta el día de hoy.

También están vigentes todas estas prácticas canaanitas en los seis grados más secretos de la masonería: el rito del Palladium, que comprende los grados 36 al 39. Por haber revelado una pequeña parte de estos ritos paládicos en su film “Ojos bien cerrados”, su director Stanley Kubrick fue condenado a muerte y asesinado.

Y eso que aún no llegó el Gobierno Mundial.

Prepárense!!

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Circuncisión: la marca del esclavo

 

La circuncisión entre los judíos era la marca de la esclavitud o, lo que es lo mismo, de la sujeción a Jehová. Él hizo escuchar su palabra a Abraham (Génesis, 17):

Tú circuncidarás la piel de tu prepucio y éste será una señal del pacto entre tú y yo.

Pero también debían circuncidarse sus hijos y los hijos de sus hijos. Era un pacto eterno:

Y mi pacto estará en tu piel por una eternidad.

Jehová, por lo demás, se indignaba cuando descubría judíos que no llevaban en su pija el estigma humillante. Explotó de cólera contra Moisés por no haber circuncidado a su hijo (Éxodo, IV, 24-26). Quiso matarlo y sólo la rápida y diligente acción de su esposa lo salvó:

Aconteció que como estuviese Moisés en una posada salióle al encuentro el Señor y trató de hacerle morir, y Séfora tomó una piedra tajante, y cortó el prepucio de su hijo y lo arrojó a sus pies.

Los propios judíos nunca ignoraron que el prepucio era un trofeo. Tan es así que, fieles al aforismo que afirma que uno trata a los demás como se trata a sí mismo… ¡siempre impusieron la circuncisión a los pueblos que vencían!

El rey Saúl desafió a David a que trajese de la batalla cien prepucios de filisteos y David, excediéndose… ¡trajo doscientos!; Matatías, el sacerdote judío, padre de los Macabeos, que se rebeló contra la política de helenización del rey seléucida Antíoco IV Epífanes, recorrió el país junto con sus amigos, destruyendo los altares paganos y circuncidando a todo niño que encontraban (I Mac, 2, 45-47):

Matatías y sus compañeros llevaron a cabo una expedición en derredor destruyendo los altares idolátricos y circuncidando a la fuerza a todos los niños incircuncisos que encontraron en el territorio de Israel.

Hircán, sumo sacerdote de Judea, después de subyugar a los idumeos les impuso la obligación de someterse a la circuncisión o abandonar el país, y Aristóbulo, rey de Judea, impuso la señal de la Alianza al derrotado pueblo de la Iturea.

Los judíos mutilaban la pija de los pueblos sometidos de la misma manera que ellos mutilaban la propia. Y que se siguen cercenando, como una obsesión, desde hace siglos. Es un ritual espeluznante. Tanto, que Freud veía en él una de las fuentes más profundas del antisemitismo: «Si estos tipos tratan así a la pija de sus tiernos hijos, ¿cómo me tratarán a mí?» (algunos grupos ultra ortodoxos durante el ritual de circuncisión, el brit milah, hacen que un rabino le chupe la diminuta pija a la aterrorizada criatura de apenas ocho días de vida, para beber la sangre que mana de la herida, la metzitzah b’peh, sumandole, de ese modo, a la mutilación el abuso homosexual).

En el Metzitzah b’peh, ritual ultra ortodoxo judío de circuncisión,
un rabino sojuzga a un bebé de sólo ocho días de vida,recién circuncidado, y que llora espantado, mientras otro le
chupa su diminuta pija para beber su sangre.

Freud veía en la «siniestra circuncisión judía«, el origen
más profundo del antisemitismo.

Por Ariel Arango (Don Juan: Psicoanálisis del matrimonio, Capítulo VI, La marca del esclavo, apartado IX, páginas 91 a 93, año 2014): www.arielarango.com 

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