Adrián Salbuchi
Humberto Javier Goria
Un comentarioBrillante artículo de Adrián Salbuchi aparecido en RT (Russia Today)
Es muy mala noticia para cualquier país descubrir que las potencias hegemónicas occidentales lideradas por Estados Unidos lo han catalogado como ‘Estado transgresor’. Eso no solo le costará miles de millones en dinero y problemas económicos, sino también millones de muertos.
Este es el mensaje ‘entre líneas’ que EE.UU. le viene dando al mundo con su dialéctica bushiana de “están con nosotros o contra nosotros”. Hace una década, Irak era uno de esos ‘Estados transgresores’; hoy, estimaciones moderadas hablan de al menos 500.000 muertos desde la invasión del 2003 y posterior guerra civil.
Potencias Mundiales apoyadas en la mentira
Probablemente Irak sea el ‘Estado transgresor’ más famoso si nos dejamos guiar por los dos Bush, particularmente George W., quién en 2003 arrasó a ese desafortunado país, destruyéndolo y malhiriendo a su pueblo y cultura tres veces milenaria. Y todo por una mentira flagrante: las famosas “armas de destrucción masiva” de las que se acusó falsamente a Saddam Hussein, y que jamás fueron halladas.
En aquél entonces, los multimedios globales se hicieron eco de los tambores de guerra batidos por Bush, su caniche Tony Blair, y demás lacayos, promoviendo así la criminal destrucción de Irak. Una década después, un informe publicado en el ‘Public Library of Science Medicine Journal’ da cuenta de una encuesta de hogares iraquíes que concluyó que alrededor de 500.000 hombres, mujeres y niños fueron muertos y masacrados desde 2003.
En verdad, esta estimación es moderada ya que otras indican cifras apreciablemente más altas… Por ejemplo, estudios patrocinados en 2006 por ‘The Lancet’, una de las publicaciones médicas más antiguas del mundo, indican una cifra de muertos que “excede los 650.000”, mientras que la encuestadora independiente londinense ORB (Opinion Research Business) publicó un estudio en 2007 estimando las fatalidades de guerra en Irak entre 2003 y 2007 en más de 1.200.000.
Y todo porque Bush, Blair y sus aliados “se equivocaron” respecto de las “armas de destrucción masivas” de Saddam: “Jamás las encontramos”, dijo muy suelto de cuerpo George W., quién tomaría todo esto como un gran chiste durante una fastuosa cena en la Casa Blanca en marzo de 2004.
Actos obvios de genocidio y crímenes de guerra perpetrados a plena luz del día por los máximos líderes de Occidente y por los que jamás nadie se hizo responsable ni nadie se tomó la molestia de siquiera disculparse ante Irak y el mundo.
Suponemos que estaban demasiado ocupados “dándole su merecido” a otros ‘Estados transgresores’ como Siria, donde han desatado una violentísima guerra civil contra el Gobierno legítimo de Bashar al Assad, usando grupos terroristas (incluyendo Al-Nusra de la red Al-Qaeda) financiados, entrenados y apoyados por EE.UU., Reino Unido, Francia, Arabia Saudita e Israel, que ya ha costado más de 120.000 muertes sirias, la mayoría civiles.
En 2011 también se ocuparon de otro ‘Estado transgresor’ –Libia– cuyo actual “Gobierno democrático” habla de unos 30.000 muertos, incluida la ejecución pública de Muammar Gaddafi y muchos de sus familiares y funcionarios de gobierno. Sólo Dios sabe cuántos libios fueron fusilados, bombardeados y ajusticiados como Gaddafi por los ‘luchadores por la libertad’ armados y apoyados por la OTAN…
Sumemos a todos estos la cantidad incalculable de muertos, heridos y asesinados durante la Primavera Árabe ingenierizada por las potencias occidentales en todo el Mundo Árabe en los últimos tres años, más las seis décadas de invasión y ocupación genocida que sufre Palestina a manos de los Kommandants de los campos de concentración israelíes, y comprenderemos que estamos ante millones de muertos. La escalofriante cifra empieza a sonar como la tan remanada y ‘ad nauseam’ repetida cifra mítica de los ‘seis millones’…
Así que, ¡alerta todo el mundo! Asegúrese que su país no sea catalogado como ‘Estado transgresor’ por los Dueños del Poder Global, porque entonces sí que estará en graves problemas.
Lo que no es un ‘Estado transgresor’
Este término o, mejor dicho, este concepto, se popularizó durante el gobierno de Bill Clinton. Lo presentó formalmente el poderoso Council on Foreign Relations (CFR, Consejo de Relaciones Exteriores) neoyorquino en 1994, cuando el entonces asesor de Seguridad Nacional Anthony Lake publicó un informe en la revista del CFR, ‘Foreign Affairs’, destacando «la existencia real de Estados recalcitrantes e ilegales que no sólo eligen quedar fuera de la familia [de naciones democráticas] sino que también atacan sus valores básicos».
Con el típico sello de autoelogio y carencia total de autocrítica que caracteriza a Estados Unidos, Lake sindicó como ‘Estados transgresores’ a Corea del Norte, Cuba, Irak, Libia e Irán. Aquella nómina luego crecería para incluir a Sudán, Afganistán, Somalia, Serbia, Montenegro y Venezuela… Todo debidamente apoyado por estrategias de guerra psicológica que incluyen grotescos insultos como ‘Eje del Mal’, ‘Guarniciones de Tiranía’ y ‘Estados Terroristas’.
Sin embargo, para comprender qué es un ‘Estado transgresor’, conviene entender qué no es un ‘Estado transgresor’, según esta ficción infantil del ‘mundo según EE.UU., Reino Unido, Unión Europea, Israel’.
Para no ser catalogados como ‘Estado transgresor’, las naciones deben cumplir con cuatro exigencias:
1) Comportamiento General: Toda nación debe mantener un alineamiento incondicional y consistente con el ‘orden mundial’ actual, controlado y promovido por los Dueños del Poder Global, hoy enquistados profundamente dentro de las potencias militares occidentales, notablemente, EE.UU.
Si una nación atiende, obedece, alaba, paga su tributo y se subordina a este paradigma del mundo en lo económico, financiero, político, histórico y cultual, permanece pasiva mientras los Dueños del Poder Global preparan el venidero ‘nuevo orden mundial’ –sea bajo el disfraz de ‘las democracias occidentales’ o la ‘globalización’ o ‘la comunidad internacional’ o, muy pronto, el ‘Gobierno Mundial’–, entonces no tendrá problemas.
Sin embargo, si una nación osa desafiar cualquier aspecto de este sistema de poder, pronto descubrirá que es un ‘Estado transgresor’. Eso es lo que le ocurrió a Saddam Hussein en 1990, cuando invadió Kuwait sin antes tener la debida luz verde de EE.UU.; eso es lo que le ocurrió a la junta militar argentina pro EE.UU. en 1982, cuando el general Galtieri decidió recuperar las islas Malvinas sin el previo OK de Washington.
2) Comportamiento Específico: Luego, todo país deberá mantener un alineamiento incondicional en torno a ciertos ‘intereses especiales’ dictados por EE.UU., Reino Unido, Unión Europea e Israel respecto de su país o región. Naturalmente, esto varía de país en país, y va cambiando a medida que se actualizan los intereses específicos de las potencias hegemónicas. Algunos ejemplos:
· Egipto: Manutuvo un alineamiento favorable a los intereses geopolíticos de Israel en la región. Ello conformó un cambio perverso en el país de Gamal Nasser, que durante décadas lideró la oposición del mundo árabe contra Israel en territorio palestino. Hosni Mubarak fue ‘su’ hombre durante 32 años, manteniendo a Egipto ‘en el camino correcto’ hasta que… Hasta que tontamente incumplió la ‘tercera exigencia’ de la que damos cuenta más abajo…
· Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Baréin…: “Muchachos: mantengan el gran flujo de petróleo, traten bien a nuestras empresas petroleras y a Israel, y sus líderes podrán hacer lo que les dé la gana!” (ver la cuarta exigencia, a continuación).
· Argentina: “Nunca jamás se les ocurra investigar a fondo la deuda pública de su país artificialmente impuesta desde hace décadas y mayormente ilegítima –incluso, ilegal– ya que hunde sus raíces en el régimen cívico-militar pro EE.UU. que usurpó violentamente el poder entre 1976 y 1983”. Si Argentina lo hiciera, entonces podría declarar enormes tramos de esa ‘deuda’ como ‘Deuda Odiosa’ repudiándola en tribunales de EE.UU. y Europa. Eso haría enojar muchísimo a Goldman Sachs, Citigroup, JPMorganChase, HSBC, el FMI/Banco Mundial/Reserva Federal y a los fondos buitre.
“Ah, otra cosa: ahora que 30 años de ‘democracia’ lograron destruir su defensa y hundir a Argentina en una decadencia sin precedentes, ni se les ocurra tratar de revertirlo… Sólo sigan como hasta ahora y vuestros líderes podrán hacer todo que les dé la gana…” (ver la cuarta exigencia, a continuación).
3) Control Interno y Credibilidad: Ojo: si los líderes del país se ‘portan bien’ pero no controlan a su propia población ni mantienen un mínimo de credibilidad interna, entonces, les guste o no, tendrán que irse. Y si no quieren irse, se los echará a patadas… Un par de ejemplos:
a. Hosni Mubarak de Egipto: Cuando comenzaron los disturbios de la plaza Tahrir, Mubarak mostró ser incapaz de mantener el orden y la credibilidad. Efectivamente, 32 años en el poder es demasiado tiempo aun contando con el apoyo y dinero norteamericano, así que fue botado por la ventana. Pero cuando la secretaria de Estado Hillary Clinton visitó Egipto en marzo 2011 para “asegurar que Egipto tenga el tipo de democracia que nosotros queremos ver”, el nuevo presidente Morsi, de la Hermandad Musulmana, no era exactamente lo que ella tenía en mente. Así que también Morsi fue botado por la ventana gracias a un golpe militar apoyado por EE.UU. ¿Pero cómo? ¿No era que los golpes militares los hacen hijos de perra antidemocráticos? Sí, pero como alguna vez dijera el expresidente Franklin Roosevelt acerca del dictadorzuelo nicaragüense Anastasio Somoza, “puede que sea un hijo de perra, ¡pero es nuestro hijo de perra!”.
b. Fernando de La Rúa de Argentina: Elegido presidente en 1999, De la Rúa se alineó al 110% con las exigencias (1) y (2) arriba descriptas, pero fue muy inepto y burdo a la hora de imponer la sangría del pueblo trabajador para entregar su libra de carne a los mega banqueros usureros. Su control interno colapsó y Fernando debió huir en su helicóptero desde las terrazas de la Casa Rosada en Buenos Aires, mientras su Policía golpeaba y mataba a los manifestantes en la Plaza de Mayo.
4) Corrupción Galopante: El mensaje de los Dueños del Poder Global a los líderes políticos de todas las naciones es muy claro: «Si cumplen con las exigencias (1), (2) y (3) descriptas, podrán meter sus sucias manos en todos los dineros públicos que les dé la gana. Cumplan con nuestras exigencias y realmente poco nos importa cuántos cientos o miles de millones le roban a sus propios pueblos, sea imponiéndole pobreza y decadencia endémica o robando las arcas públicas desembozadamente».
En rigor de verdad, a CitiCorp, Rockefeller, Rothschild, Soros, Goldman Sachs, al Tesoro de EE.UU., FMI, Banco Mundial poco les importa si Mubarak, Berlusconi, Rajoy, Fujimori, Menem, Calderón, Lula, Uribe les roban a sus propios pueblos… Siempre y cuando mantengan la credibilidad y el control interno… Es más, este verdadero Sistema de Corrupción resulta sumamente útil, pues si algunos de estos líderes locales llegara a ‘portarse mal’ con los poderosos, fácil será chantajearlo para que ceda su lugar a otro ‘más confiable’.
Esta, en apretadísima síntesis, es la manera como los Dueños del Poder Global ejercitan el control sobre países y regiones enteras, asegurándose que sus gerentes locales predilectos sean colocados a cargo de los Gobiernos nacionales para que ejecuten las tareas sucias que benefician a la propia elite. Mientras tales líderes se desempeñen según estas exigencias, podrán eternizarse en el poder durante décadas como Mubarak.
Si no se comportan como se espera de ellos, entonces sus ‘vidas útiles’ vencen rápidamente y se les mostrará la salida, a los empujones de ser preciso. Es más: con solo hacer públicos sus crímenes y robos, la propia población local los terminará echando a patadas.
Así, Saddam resultó tan útil en los años ochenta librando una guerra genocida contra Irán cumpliendo los deseos de EE.UU. (después de todo, Irán fue el ‘Estado transgresor’ original de Ronald Reagan), que hasta Donald Rumsfeld le estrechó la mano entregándole armas químicas de destrucción masiva para lanzarlas contra los ayatolás iraníes. Pero después de Kuwait, el vicepresidente de Reagan, George Bush, tuvo que darle una gran paliza a Saddam y aún así el iraquí no aprendió la lección, tarea encomendada en 2003 a George W. Bush.
Obviamente las cosas no son así de simples: cada país tiene sus propias características, su propia problemática y su utilidad puntual para los Dueños del Poder Global. Cada país, incluso, cumple la función de campo de prueba y aprendizaje cuyas lecciones son luego probadas y aplicadas en otros países y regiones.
Así que, pueblos del mundo: ¡Están avisados! Cuando se camina entre fieras y bestias, asegúrense de hacerlo con cautela, discreción y cuidado. No sean demasiado desafiantes; no vaya a ser cosa que les caiga encima el sambenito de “¡Estado transgresor!“. ¡Entonces sí que estarán en serios problemas!
Adrian Salbuchi para RT
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conductor del programa de televisión “Segunda República” por el Canal TLV1 de Argentina. Fundador del Proyecto Segunda República (PSR). www.proyectosegundarepublica.com