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Gnosis Primordial Entradas

Alquimia Mineral

En la búsqueda incansable del hombre por despertar y trasmutarse, la utilización de sustancias minerales constituye la Alquimia Mineral.

La más importante de las sustancias es el oro alquímico. Ni la plata, ni el azufre, ni el cinabrio, etc. Estos últimos fueron investigados por quienes carecían del secreto del verdadero oro alquímico. Ninguna otra sustancia mineral tiene el poder del oro alquímico para producir una correcta trasmutación.

Tres etapas en el descubrimiento y confección del Oro Alquímico:

1. Antiguo Egipto
La fabricación de objetos de oro para el faraón era llevada a cabo en hornos adaptados a ese fin. Durante el proceso de fundido y fabricación siempre había residuos y restos de oro que quedaban dentro del horno. Estos restos sufrían el proceso continuo de fundido y solidificación, de enfriado y calentado, puesto que no eran retirados del horno. Con el correr del tiempo, los artesanos descubrieron pequeñas cantidades de un polvo blanco en los lugares donde había residuos acumulados. A través del proceso alternado y continuo de fundición y enfriado, el oro común se había convertido en un extraño polvo blanco.

Fieles a los impulsos de exploración y experimento propios del ser humano, a algunos artesanos se les ocurrió comerlo. Y allí ocurrió un milagro. Se hallaban ante la sustancia más poderosa del mundo para alterar la conciencia y la fisiología humana. Sus poderosos efectos permanecían por varios días en quienes los habían consumido y pasado este tiempo estas personas nunca volverían a ser como antes. Se transformaban en «dioses vivientes». En la actualidad se han hallado varias momias que poseen este polvo blanco sobre distintas áreas de su superficie.

2. India Medieval
En el medioevo de India encontramos nuevamente la fórmula y la fabricación del oro alquímico. Llevaba años elaborarlo y era realizado a veces por familias enteras. Una vez obtenido, era ingerido periódicamente en pequeñas cantidades por algunos miembros eminentes de la familia, y luego era heredado por las generaciones siguientes para su consumo. Para obtenerlo, se envolvían cuidadosamente determinadas cantidades de oro común y se introducían en una hoguera que producía su fundición. Luego se lo enfriaba rápidamente, para volver a fundirlo a continuación, y así sucesivamente, a lo largo de muchos años, hasta obtener el preciado polvo blanco. Los alquimistas hindúes denominan «Puttah» a este procedimiento.

3. Experimentos actuales
La ciencia actual no ha podido elaborar a través de sus sofisticados medios modernos lo que los egipcios e hindúes realizaban sin problemas hace cientos y miles de años: el Oro Alquímico Verdadero. David Hudson descubrió que el oro común, que posee dos átomos, se transforma en un polvo blanco de extraordinarias características físicas si se lo priva de uno de ellos. El oro trasnformado en polvo blanco alquímico sería un oro monoatómico. David Hudson construyó un laboratorio especial y logró fabricarlo, aunque hasta hoy no ha podido eliminar del polvo blanco una cierta toxicidad. El oro común es tóxico, pero el oro monoatómico, si está bien elaborado, no lo es. David Hudson está dedicado en la actualidad a lograr el oro blanco alquímico sin ningún grado de toxicidad. Por supuesto que a partir de los descubrimientos de David Hudson han surgido miles de timadores y farsantes que pretenden poseer el oro alquímico verdadero y hasta lo venden por correo.

3 comentarios

La falsedad del cristianismo. Querían pruebas, aquí están las pruebas

Fragmentos del libro «Los misterios de Jesús. El origen oculto de la religión cristiana» de T. Freke y P. Gandy. Libro «misteriosamente» desaparecido de librerías y bibliotecas.

1. Hemos quedado convencidos de que la historia de Jesús no es la biografía de un mesías histórico, sino un mito que se basa en leyendas paganas imperecederas. El cristianismo no fue una revelación nueva y excepcional, sino que en realidad fue una adaptación judía de la antigua religión mistérica de los paganos.

2. A medida que íbamos estudiando las diversas versiones del mito de Osiris-Dioniso, resultaba evidente que la historia de Jesús tenía las mismas características. Los sucesivos episodios nos permitieron comprobar que era posible construir la supuesta biografía de Jesús partiendo de temas míticos que antes se relacionaban con Osiris-Dioniso:
– Osiris-Dioniso es Dios hecho carne, el salvador e «Hijo de Dios».
– Su padre es Dios y su madre es una virgen mortal.
– Nace en una cueva o en un humilde establo el 25 de diciembre ante tres pastores.
– Ofrece a sus seguidores la oportunidad de nacer de nuevo por medio de los ritos del bautismo.
– Convierte de forma milagrosa el agua en vino en una ceremonia nupcial.
– Entra triunfalmente en la ciudad montado en un pollino mientras la gente agita palmas en su honor.
– Muere en tiempo de Pascua como sacrificio por los pecados del mundo.
– Después de morir desciende al infierno y luego, al tercer día, resucita de entre los muertos y asciende glorioso al cielo.
– Sus seguidores esperan que regrese para juzgar a los hombres en el fin de los tiempos.
– Su muerte y su resurrección se celebran con un ágape ritual consistente en pan y vino que simbolizan su cuerpo y su sangre.
Éstos son sólo algunos de los temas que tienen en común los relatos sobre Osiris-Dioniso y la «biografía» de Jesús. ¿Por qué no todo el mundo conoce estas notables semejanzas? Porque, como descubriríamos más adelante, la primitiva Iglesia romana hizo cuanto pudo para ocultarlas. Destruyó sistemáticamente la literatura sagrada de los paganos como parte de un brutal programa cuyo objetivo era erradicar los misterios: tarea qué llevó a cabo de forma tan rigurosa que en la actualidad el paganismo se considera una religión «muerta».
Aunque ahora nos sorprendan, estas coincidencias entre la nueva religión cristiana y los misterios antiguos resultaban sumamente obvios para los autores de los primeros siglos de nuestra era. Los críticos paganos del cristianismo, tales como el satírico Celso, se quejaban de que la nueva religión no era más que un reflejo pálido de sus propias enseñanzas antiguas. Como es natural, estas críticas llenaron de inquietud a los primeros Padres de la Iglesia, como Justino Mártir, Tertuliano e Ireneo, y los empujaron a recurrir a remedios extremos, entre ellos la afirmación de que las semejanzas eran fruto de la «imitación diabólica». Utilizando uno de los argumentos más absurdos de todos los tiempos, acusaron al diablo de ¡«plagio por anticipado», de copiar arteramente la verdadera historia de Jesús antes de que sucediese en realidad en un intento de engañar a los crédulos! Nos pareció que estos Padres de la Iglesia no eran menos arteros que el diablo al que pretendían incriminar.

3. El paganismo es una religión «muerta», o, para ser más exactos, una religión «exterminada». No se apagó poco a poco hasta caer en el olvido. Fue suprimida y aniquilada activamente, sus templos y santuarios fueron profanados y demolidos, y sus grandes libros sagrados fueron arrojados a la hoguera.

4. Aunque, por regla general, hoy día se desconocen las notables semejanzas que existen entre los mitos de Osiris-Dioniso y la supuesta «biografía» de Jesucristo, en los primeros siglos de nuestra era resultaban obvias tanto para los paganos como para los cristianos. El filósofo y satírico pagano Celso criticó a los cristianos porque pretendían hacer pasar la historia de Jesús como una nueva revelación cuando en realidad era una imitación inferior de mitos paganos.

5. Jesús se rodea de doce discípulos, lo cual suele interpretarse como símbolo de las doce tribus de Israel. Sin embargo, las doce tribus son una referencia simbólica a los doce signos del zodíaco de la astrología babilónica, que los judíos adoptaron durante su exilio en Babilonia.

6. El Nuevo Testamento era nuevo para los judíos, pero no para los paganos, que tenían aquellas doctrinas desde hacía cientos de años.

7. De la misma manera que Platón había atacado la tradicional imagen griega de Dios como Zeus dominante, también los gnósticos atacaban esta imagen tradicional de Dios que tenían los judíos, y afirmaban que Jehová era en realidad sólo la imagen del Dios verdadero. El sabio gnóstico Valentín utilizaba el término platónico «demiurgo» para referirse a Jehová, al que representaban como un ser divino subordinado que hace de instrumento del Dios verdadero. Decían que Jehová era una deidad menor presuntuosa cuya ignorancia le hace creer que es el Dios único y verdadero. En el Antiguo Testamento, Jehová proclama: «Yo, Yahvéh, tu Dios, soy un Dios celoso. No habrá para ti otros dioses delante de mí». Con todo, la obra gnóstica titulada Libro secreto de Juan dice que esto es una «locura» y comenta: «Al pronunciar estas palabras, indicó a los ángeles que existe otro Dios; porque si no existiese ningún otro, ¿de quién tendría celos?».

8. El Jesús gnóstico no era un profeta de Jehová, el dios menor de los judíos, sino del Dios verdadero e inefable de Platón y los misterios paganos. El maestro gnóstico Cerdo explica: «El Dios que proclaman la ley y los profetas no es el Padre de Nuestro Señor Jesucristo. El Dios del Antiguo Testamento es conocido, pero el Padre de Jesucristo es desconocido».

9. Los gnósticos afirmaban que eran «redimidos» o «liberados» del poder del Jehová tiránico y de todas las reglas y ordenanzas que había impuesto a los judíos. En el proceso de iniciación de los gnósticos, el iniciado declaraba ritualmente su independencia respecto del dios falso. Según el sabio gnóstico Simón Mago, los iniciados que se habían escapado del poder de Jehová y habían acudido a conocer al Padre verdadero eran «libres de vivir como quisieran».

10. En un momento u otro, casi todos los pueblos que vivían a orillas del Mediterráneo habían hecho suyos los misterios paganos y los habían adaptado a su propio gusto nacional. En algún momento de los primeros siglos antes de nuestra era, un grupo de judíos había hecho lo mismo y había producido una versión judía de los místerios. Los iniciados judíos adaptaron los mitos de Osiris-Dioniso para crear la historia de un dios hombre judío que moría y resucitaba, Jesús el Mesías. Con el tiempo este mito pasó a interpretarse como hecho histórico y el resultado fue el cristianismo literalista.

11. Escribe Josefo:
Alrededor de aquel tiempo vivía Jesús, un hombre sabio, si en verdad se le podía llamar hombre. Porque era uno que llevaba a cabo proezas sorprendentes y era maestro de esa gente que ansía ver novedades. Se ganó a muchos de los judíos y a muchos de los griegos. Era el Mesías. Cuando Pilato, a raíz de una acusación que formularon los hombres principales entre nosotros, le condenó a la cruz, los que le habían amado desde el principio siguieron apegados a él. Al tercer día se les apareció devuelto a la vida, porque los santos profetas habían predicho esto y miles de otras maravillas relacionadas con él. Y la tribu de los cristianos, llamados así por él, hasta el día de hoy no ha desaparecido.

12. Durante cientos de años los historiadores cristianos aprovecharon estos pasajes de Josefo como pruebas concluyentes de que Jesús existió. Así fue hasta que los estudiosos empezaron a examinar el texto de forma un poco más crítica. Ningún estudioso serio cree ahora que estos pasajes los escribiera realmente Josefo. Se han identificado claramente como añadiduras muy posteriores. Están escritos en un estilo que no es el de Josefo y si se eliminan del texto, el argumento original de Josefo sigue la secuencia apropiada. A principios del siglo III, Orígenes, a quien las actuales autoridades en la materia consideran uno de los estudiosos más concienzudos de la Iglesia antigua, nos dice que no hay ninguna mención de Jesús en la obra de Josefo.

13. Los primitivos cristianos que, al igual que nosotros, buscaban testimonios históricos de la existencia de Jesús hubieran aprovechado cualquier cosa escrita por Josefo como prueba concluyente. Sin embargo, no lo mencionan en absoluto. No fue hasta comienzos del siglo IV cuando el obispo Eusebio, el propagandista de la Iglesia de Roma, presentó de pronto una versión de Josefo que contenía estos pasajes. A partir de entonces, Josefo se convirtió en el fundamento de la autenticidad histórica de Jesús.

14. En Mateo afirma Jesús:
Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
No obstante, dos mil años después, cuando todos sus discípulos están más que muertos y enterrados, ninguna de estas cosas ha acontecido y Jesús no ha vuelto.
El momento más revelador de los evangelios, sin embargo, es cuando Marcos presenta a Jesús citando el Antiguo Testamento en sus argumentos contra los fariseos. Nada extraño hay en ello, excepto que Jesús cita la versión griega mal traducida del Antiguo Testamento, que se ajusta exactamente a su propósito, en vez de citar el texto hebreo original, que dice algo muy diferente y que no le sirve para su argumento. Que Jesús el judío cite una mala traducción griega de la Sagrada Escritura judía para impresionar a fariseos judíos ortodoxos es sencillamente impensable. Pero sí tiene sentido si todo el incidente lo inventó uno de los muchos cientos de miles de judíos que hablaban griego en lugar de su lengua materna y que no podían leer las Escrituras a menos que estuvieran traducidas, con lo cual atribuían a Jesús sus propios errores de comprensión.

15. Los evangelios siguen siendo contradictorios y discordantes, como hemos visto. Durante siglos, la Iglesia católica impidió que nadie salvo los sacerdotes leyera el Nuevo Testamento por cuenta propia, de modo que pocas personas tenían la oportunidad de descubrir hasta qué punto son confusos los evangelios.

16. Al igual que el Evangelio de Marcos, el libro de los Hechos de los Apóstoles también se equivoca al citar el Antiguo Testamento hebreo. Para presentar a Pedro exponiendo sus argumentos a los judíos de Jerusalén, utiliza un pasaje mal traducido de la versión griega del Antiguo Testamento que en el hebreo original tiene un significado totalmente distinto. Hechos también presenta a Santiago apelando a los judíos de Jerusalén, para lo cual cita un pasaje del Antiguo Testamento en griego que tergiversa el original hebreo.

17. Pero el Evangelio de Marcos no es el testimonio más antiguo de la historia de Jesús que tenemos. Este testimonio se encuentra en las epístolas de Pablo. Aunque estas epístolas se escribieron antes que los evangelios, e incluso cien años antes que los Hechos de los Apóstoles, en el Nuevo Testamento aparecen después de estos libros. Esto crea la falsa impresión de que Pablo es la consecuencia de los evangelios y de los Hechos de los Apóstoles, en lugar de ser al revés.

18. La versión original del Evangelio de Marcos, que es la crónica más antigua de la historia de Jesús, no decía nada en absoluto de la resurrección. Lo referente a este episodio se añadió después. Antes de ello, el Evangelio de Marcos terminaba cuando las mujeres encuentran el sepulcro vacío, y sólo se insinuaba que Jesús había resucitado según lo prometido. Curiosamente, los evangelios gnósticos empiezan donde termina el evangelio original de Marcos. No nos cuentan la vida de Jesús, sino las enseñanzas secretas de Cristo después de la resurrección.
Esto hace pensar que la historia original del Jesús casi histórico que se relata en el Evangelio de Marcos era, como afirmaban los gnósticos, la expresión de los misterios exteriores cuyo objeto era atraer a los principiantes espirituales. Estos misterios exteriores podían llevar a un iniciado hasta el sepulcro vacío y a la insinuación de la vida eterna, pero solo las enseñanzas secretas de los gnósticos revelaban las palabras del Cristo resucitado. Esto conducía a los iniciados más allá de la historia literal, hasta el misterio verdadero, hasta la experiencia mística de su propia muerte y resurrección y el reconocimiento de su identidad más profunda como el Cristo, el eterno daemon universal.

19. El libro del Apocalipsis, que también se atribuye a Juan, es una versión cristiana de un apocalipsis judío tardío que se escribió bajo seudónimo.

20. En el siglo II se expresaron dudas sobre Marcos, Lucas y Juan: Marcos porque simplemente era secretario de Pedro; Lucas porque se decía que había sido ayudante de Pablo (que no había visto personalmente a Jesús); Juan porque era bien sabido que ese evangelio era obra del gnóstico Cerinto.

21. Muchos grupos gnósticos afirmaban que Pablo era su padre fundador y los gnósticos que se llamaban a sí mismos «paulinos» continuaron floreciendo, a pesar de la incesante persecución de que eran objeto por parte de la Iglesia romana, hasta finales del siglo X. Pablo escribió sus epístolas a las iglesias de siete ciudades, que hoy sabemos que fueron centros de cristianismo gnóstico durante el siglo II. A la cabeza de estas comunidades cristianas se encontraba el sabio gnóstico Marción, que consideraba a Pablo el único apóstol verdadero.

22. Pablo es un judío que ha abrazado la cultura griega, a la sazón omnipresente. Escribe en griego, su primera lengua. Sus citas proceden exclusivamente de la versión griega del Antiguo Testamento. Su ministerio va dirigido a las ciudades paganas dominadas por la cultura griega. Una de éstas, Antioquía, era un centro de los misterios de Adonis; Efeso, de los de Atis y Corinto, de los de Dioniso. Pablo era natural de Tarso, en Asia Menor, que en aquel entonces ya había superado incluso a Atenas y Alejandría y era el centro principal de la filosofía pagana. Era en Tarso donde los misterios de Mitra tenían su origen, así que hubiera sido impensable que Pablo no se percatase de las notables semejanzas, que ya hemos examinado, entre las doctrinas cristianas y las enseñanzas del mitraísmo.

23. Hasta se atreve Pablo a declarar que la ley tradicionalmente sagrada de Jehová, la base misma de la religión judía, es una maldición, y escribe: «Porque todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición», y «Cristo nos rescató de la maldición de la ley». Para Pablo, como para los gnósticos, el iniciado cristiano puede ser redimido de la ley y liberado compartiendo el sufrimiento y la resurreción de Cristo: «Mas, al presente, hemos quedado emancipados de la ley, muertos a aquello que nos tenía aprisionados».
Pablo afirma que la ley es el fruto del «mediador». ¿Qué pretende al llamar «mediador» a Jehová, que es supuestamente el único Dios y creador de todas las cosas? ¿Mediador entre qué y qué? Los literalistas no tienen respuesta para esta pregunta, pero los gnósticos reconocen inmediatamente que lo que hace Pablo es enseñar la doctrina gnóstica según la cual Jehová es el «demiurgo», un dios menor que media entre el inefable Dios supremo y la creación. Ciertamente, Pablo no considera que Jehová sea el Dios verdadero, porque continua diciendo: «Cuando hay uno solo no hay mediador, y Dios es uno solo».
Según Pablo, las personas que no comprenden el evangelio que él predica son «incrédulos, cuyo entendimiento cegó el dios de este mundo». En muchas traducciones de sus epístolas, el encargado de la edición añade aquí una pequeña nota que explica las misteriosas palabras «el dios de este mundo». Generalmente, la interpretación ortodoxa de estas palabras dice que Pablo se refiere al diablo, ¡pero no explica por qué llama «dios» a un ángel perverso! Para los gnósticos lo que quería decir Pablo resultaba obvio. Se refería a Jehová, el dios menor de los judíos.

24. La sabiduría mística de los misterios estaba cifrada en el mito de Osiris-Dioniso. No cabe duda de que, después de crear una forma específicamente judía de los misterios, resultaría difícil resistir la tentación de adaptar también este gran mito antiguo. Los judíos helenizados habían reescrito el Éxodo como una obra de teatro parecida a las de Eurípides. ¿Por qué no iban a reescribir también Las bacantes de Eurípides, en la cual Dioniso llega a Tebas, como una tragedia judía en la que el dios hombre llega a Jerusalén?

25. El Mesías no se concebía como alguien que salvaría por medio de su propia muerte en sacrificio. Éste es el papel de Osiris-Dioniso. En su muerte y resurrección, por tanto, Jesús se revela no como el Mesías judío destinado a traer la victoria militar y la salvación nacional, sino como el dios hombre de los misterios que trae la victoria espiritual y la salvación mística.

26. Lo que había empezado como un mito intemporal que encerraba enseñanzas eternas aparecía ahora como una crónica histórica de un acontecimiento único en el tiempo. A partir de ahí fue inevitable que antes o después se interpretara como hecho histórico. Al interpretarse así, nació un tipo de religión totalmente nuevo: una religión basada en la historia y no en el mito, en la fe ciega en supuestos acontecimientos en vez de en la comprensión mística de alegorías míticas, una religión de misterios exteriores sin misterios interiores, de forma sin contenido, de creencia sin Conocimiento.

27. Tanto Mateo 3,17 como Lucas 3,21 dejan constancia de las palabras de Dios que se oyeron en el bautismo de Jesús: «Éste es mi hijo amado, en quien me complazco». La primera inscripción de los Textos de las pirámides, escritos dos milenios antes, cita las palabras de Dios en la ceremonia de la coronación del faraón: «El rey es mi primogénito que abrió mi vientre, es mi hijo amado, en quien me complazco».

28. Los Salmos se derivan de la poesía religiosa egipcia de las dinastías XIX y XX (c. 1000-750 a.n.e.), véase M. A. Murray, 1949, p. 50. Proverbios se basa en las instrucciones del egipcio Amenhotep, y Moisés, el autor de los primeros cinco libros, nació en Egipto y se crió como sacerdote egipcio. Muchos de sus milagros también se encuentran en textos egipcios.

29. Debido a que interpretaban el mito de Jesús como hecho histórico, los literalistas abandonaron finalmente la doctrina gnóstica de la reencarnación. Creían que el dios hombre había muerto y resucitado una sola vez y esto les hacía concebir la vida humana como un acontecimiento que también sucedía una sola vez. Por tanto, el premio o el castigo en la otra vida era para siempre, en lugar de ser algo temporal que precedía a otra vida humana. De aquí nació la doctrina, que el pagano Celso califica de «ofensiva», según la cual un Dios bueno podía tolerar que quienes no superaban las pruebas fuesen abandonados a una eternidad de sufrimiento.

30. Los gnósticos ofrecían a los iniciados la gnosis, una experiencia espiritual, en este mundo y este momento, de una verdad que está más allá de este mundo ilusorio. Los literalistas ofrecían la esperanza de otra vida en el cielo para quienes creyeran en la autenticidad histórica de lo que cuentan los evangelios.

31. El Tratado tripartito compara a los gnósticos, que son hijos del Dios Padre verdadero, con los literalistas, que son vástagos de Jehová, el dios falso de los judíos.

32. Los valentinianos incluso reconocían que los obispos literalistas, al igual que Jehová el demiurgo, podían ejercer legítimamente la autoridad sobre los cristianos psíquicos. Pero las exigencias, las advertencias y las amenazas de los obispos, como las del propio Jehová, no significaban nada para los cristianos iniciados en los misterios interiores que habían sido redimidos y liberados por medio de la experiencia mística de la gnosis.

33. De hecho, algunos de los más grandes portavoces del literalismo se pasaron al gnosticismo al final de su vida, entre ellos Taciano, protegido de Justino Mártir, ¡e incluso el fanático perseguidor de herejías Tertuliano! Este se unió a un grupo de gnósticos inspirado por Montano, ¡que antes había sido sacerdote de los misterios del dios hombre pagano Atis! Con la misma malevolencia con la que antes había atacado a los herejes, Tertuliano condenó ahora a la Iglesia «ortodoxa» por ser una Iglesia de meros cristianos psíquicos, una organización de «un número de obispos» en lugar de «una Iglesia espiritual para el pueblo espiritual». Resulta especialmente irónico, si tenemos en cuenta la anterior misoginia de Tertuliano, que los montanistas fueran famosos ¡por sus sacerdotisas extáticas! Una autoridad de hoy escribe: «Si Montano hubiese triunfado, la doctrina cristiana se hubiera formulado bajo la supervisión de mujeres alocadas y excitables». Más adelante, Tertuliano se separó de los montanistas y fundó su propia secta cristiana: ¡los tertulianistas!

34. La mayoría de los gnósticos quería rechazar por completo el dios judío Jehová en favor de una concepción más mística de Dios como unicidad suprema, idéntica al dios de Platón y los misterios paganos. El influyente maestro gnóstico Marción abogó por la separación total del cristianismo y el judaismo. Produjo un texto titulado Antítesis, en el cual yuxtaponía citas del Antiguo y del Nuevo Testamento para demostrar cómo se contradecían mutuamente. Marción opinaba que Jehová era un «bárbaro comprometido» y que el Antiguo Testamento no era más que un catálogo de sus crímenes contra la humanidad. El cristianismo era una nueva revelación del buen Dios, una doctrina universal que no tenía nada que ver con el credo imperfecto de una pequeña nación.

35. Para combatir la creciente fragmentación y apoyar su aspiración a «un imperio, un emperador», los emperadores romanos necesitaban «una fe», es decir, una religión universal o «católica». Todos los cultos mistéricos fueron propuestos en diferentes momentos, pero sin éxito.
En la primera mitad del siglo IV el emperador Constantino probó con el cristianismo, que era ideal para cumplir aquella función. Los romanos necesitaban una religión mistérica porque las religiones de este tipo siempre eran populares entre el pueblo. Pero al frente de las religiones mistéricas había místicos y filósofos que tenían la osadía de poner en tela de juicio y debilitar la autoridad del estado. Pero el cristianismo literalista era una religión mistérica que se había desembarazado de todos sus molestos intelectuales. Era ya una religión autoritaria que alentaba a los fieles a tener fe ciega en los que ocupaban puestos de poder. Era exactamente lo que querían las autoridades romanas: una religión sin místicos, misterios exteriores sin misterios interiores, forma sin contenido.

36. Como la mayoría de los emperadores romanos, Constantino era un hombre malévolo y despiadado. Hay constancia de que durante sus guerras en la Galia (306-312): «Hasta los paganos se horrorizaron cuando arrojó a los reyes bárbaros a las fieras, junto con sus seguidores, miles de ellos a la vez». Es evidente que Constantino no se volvió más compasivo a raíz de su conversión al cristianismo. Casi inmediatamente después de presidir el Concilio cristiano de Nicea en 325 hizo asesinar tanto a su hijo Crispo como a su madrastra, Fausta. De hecho, aplazó deliberadamente el momento de bautizarse hasta que estuvo en su lecho de muerte para poder seguir pecando y, a pesar de ello, tener asegurada una vida celestial después de morir. La reputación de Constantino era tal que ni siquiera la Iglesia romana se sintió capaz de santificarlo.

37. En las postrimerías del siglo II se interpolaron las epístolas originales de Pablo al tiempo que se inventaban otras para situar al apóstol entre los cristianos literalistas y distanciarlo de los gnósticos.

38. Los cristianos hicieron torpes añadiduras a las obras del pitagórico judío Filón, ¡y se inventaron leyendas absurdas que decían que Filón había sostenido debates sobre la ley con el discípulo Juan y había conocido a Pedro en Roma! También el historiador judío Josefo fue transformado en cristiano ¡e incluso se le equiparó con la figura del Nuevo Testamento llamada José de Arimatea! Como ya hemos comentado, se añadieron a sus obras cosas que atestiguan de forma reverencial la existencia histórica de Jesús.
También se dijo que era obra de Josefo un documento falso titulado Sobre la esencia de Dios cuyo fin era reforzar la anterior falsificación atribuyendo doctrinas cristianas a Josefo. Por medio de meticulosos estudios lingüísticos, los eruditos han comprobado «más allá de toda duda» que el autor de este texto falso ¡fue nada menos que Hipólito (c. 222), el archiperseguidor de herejías y protegido de Ireneo! Los eruditos también han demostrado las semejanzas entre el lenguaje y el estilo de este documento falso y los de la Segunda Epístola de Pablo a los Tesalonicenses, que se escribió para poner en tela de juicio la autenticidad de la primera epístola (auténtica). Así pues, es muy posible que Hipólito también fuera el autor de esta falsa epístola de Pablo.

39. Toda la historia ficticia del cristianismo fue organizada y recopilada de forma definitiva en el siglo IV por el obispo Eusebio, al que se llama «padre de la historia de la Iglesia». Fue uno de los obispos que cambiaron por completo de postura teológica en el Concilio de Nicea para ganarse el favor del emperador Constantino. Más adelante escribió la biografía de Constantino, cuyos asesinatos soslayó con obsequiosa adulación. Eusebio explicó a los fieles que del mismo modo que la Palabra de Dios guía y gobierna los cielos, el emperador romano expresa la voluntad de Dios en el gobierno del mundo civilizado. ¡El emperador era la voz de Cristo en la Tierra!

40. En su «historia» Eusebio repite todas las acusaciones habituales contra los gnósticos. Para justificar la pretensión de los obispos literalistas de representar la tradición cristiana original, Eusebio muestra líneas de sucesión apostólicas que los vinculan con los discípulos de Jesús. Estos supuestos linajes fueron inventados antes, probablemente por Ireneo, pero Eusebio añade cosas de su propia cosecha.

41. Después de que el imperio romano adoptase el cristianismo como religión del estado, la Iglesia literalista aterrorizó a los paganos con inexorable brutalidad. Los profetas paganos eran detenidos y torturados hasta que reconocían la falsedad de sus dioses. Los sacerdotes eran encadenados a sus santuarios y abandonados para que muriesen de inanición. Sin ninguna prueba que respaldara las acusaciones, los paganos eran condenados por sacrificar niños y rociar con su sangre los altares consagrados a los dioses y hacer cuerdas para guitarra con sus tripas: crímenes fantásticos que ellos confesaban debidamente despues de sufrir atroces torturas. Muchos eran luego quemados vivos.
Algunos santuarios antiguos fueron profanados y arrasados mientras otros fueron requisados y transformados por la fuerza en iglesias cristianas. Las grandes obras de la espiritualidad pagana eran arrojadas a enormes hogueras y se perdían para siempre.

42. El 16 de junio de 391, el emperador Teodosio publicó un edicto que ordenaba la clausura de todos los templos paganos. Una chusma cristiana en seguida aprovechó la oportunidad para destruir el maravilloso templo de Serapis en Alejandría, del cual sólo quedaron los cimientos. Un decreto imperial exigió: «Quemad todos los libros hostiles al cristianismo para evitar que despierten la ira de Dios y escandalicen a los piadosos», y la chusma analfabeta respondió destruyendo, como si fueran supersticiones paganas, la sabiduría y el conocimiento científico acumulados durante miles de años.
El autor pagano Eunapio, que habla de «monjes que parecen hombres pero viven como cerdos», escribe con desánimo que: «Cualquiera que tuviese una sotana negra tenía poder despótico». En 415 el arzobispo Cirilo de Alejandría ordenó a sus monjes que incitaran a la chusma cristiana a asesinar al último científico pagano de la biblioteca de Alejandría, una mujer notable llamada Hipatia. Le arrancaron los miembros de uno en uno y Cirilo fue santificado.

43. En 381 Teodosio declaró finalmente que la herejía era un crimen contra el estado. Los escritos gnósticos fueron condenados por ser un «semillero de múltiples perversidades» que «no sólo deberían prohibirse, sino destruirse por completo y quemarse con fuego». Los debates filosóficos fueron suprimidos en su totalidad. Una proclamación declara: «No habrá ninguna oportunidad para que un hombre se dirija al público y discuta de religión o la comente o delibere».

44. Agustín, el gran portavoz del cristianismo católico, expresó de forma perfecta el clima de la época al explicar que la coacción era necesaria en vista de que era tanta la gente que sólo respondía al miedo. La fuerza militar era «indispensable» para suprimir a los herejes, por su propio bien, desde luego. Agustín proclama: «Lleno yo mismo de miedo, os lleno de miedo a vosotros». La espiritualidad de amor y gnosis de san Pablo se había convertido en la religión de obediencia y terror de la Iglesia católica.

45. Al examinar los datos, nos pareció que la «historia» tradicional del cristianismo era nada menos que el mayor encubrimiento de todos los tiempos. Las primitivas doctrinas gnósticas del cristianismo y sus verdaderos orígenes en los misterios paganos se habían suprimido de forma despiadada mediante la destrucción en masa de los testimonios y la creación de una historia falsa que se ajustara a los propósitos políticos de la Iglesia romana. Todos los que ponían en entredicho la historia oficial eran sencillamente perseguidos y eliminados hasta que no quedó nadie que pudiera discutirla.
Los paralelismos con la historia más reciente nos ayudaron a comprender lo que había sucedido. A principios del siglo xx un reducido grupo de comunistas se hizo con el poder en Rusia. Sin embargo, al cabo de unos cuantos años, numerosísimas personas, entre ellas muchos de los funcionarios que habían administrado el régimen anterior, se habían afiliado al partido comunista. ¿Por qué? Porque si querías medrar, ahora tenías que ser miembro del partido, y si te asociaban de algún modo con el régimen anterior, eras tachado de enemigo del pueblo. De forma parecida, al convertirse el cristianismo en la religión del imperio romano, el número de cristianos creció enormemente. ¿Por qué? Porque los cristianos recibían un trato preferente. ¡Al clero ni siquiera se le exigía que pagase impuestos! Si aspirabas a llevar una vida tranquila y próspera, te hacías cristiano. En caso contrario, te arriesgabas a ser tachado de «disidente» pagano: enemigo de Dios. Del mismo modo que la maquinaria propagandística de Stalin falsificó de forma inescrupulosa la historia para disimular su tiranía y demostrar que sus dogmas eran verdaderos y buenos, también la maquinaria propagandística cristiana alimentaba a los fieles con sus mentiras.
Al igual que el comunismo, el cristianismo empezó con un mensaje de libertad e igualdad, pero terminó creando un régimen autoritario y despótico. En años recientes, la intolerancia dogmática empujó a jóvenes y fanáticos comunistas de China y Camboya a llevar a cabo desastrosas revoluciones culturales cuyos resultados fueron la destrucción de las antiguas riquezas de sus civilizaciones y el exterminio de gran número de intelectuales, lo cual sumió a sus respectivas sociedades en una crisis profunda. Del mismo modo, quince siglos antes, fanáticos monjes cristianos llevaron a cabo una revolución cultural que arrasó las maravillas y los logros antiguos del paganismo e hizo que la civilización occidental retrocediera mil años.
La absurda destrucción de nuestro acervo pagano es la mayor tragedia de la historia del mundo occidental. Es difícil de comprender la magnitud de la pérdida. El misticismo pagano y la investigación científica se vieron desbancados por el autoritarismo dogmático. La Iglesia romana se valió de las amenazas y la violencia para imponer su credo, y negó a generaciones de seres humanos el derecho a pensar de forma independiente y a encontrar su camino personal para alcanzar la salvación espiritual. Mientras las grandes obras literarias de la antigüedad eran arrojadas a las llamas, san Agustín anunció así el triunfo del fundamentalismo literalista: «Nada debe aceptarse si no es basándose en la autoridad de las Escrituras, pues esta autoridad es mayor que todos los poderes de la mente humana».

46. Para avanzar con seguridad hacia el futuro es necesario aceptar el pasado, así que es conveniente examinar de forma crítica el cristianismo literalista que ha dominado los últimos dos mil años de nuestra cultura.
En el plano espiritual, ésta ha sido verdaderamente una «Edad de las Tinieblas» que se ha caracterizado por la religión autoritaria, el fanatismo y las guerras de religión. Al asumir el papel de única fe verdadera, el cristianismo literalista creó un abismo insalvable entre él y todas las demás tradiciones espirituales. Su autoproclamada superioridad se usó para justificar la destrucción violenta de las sociedades de otras partes del mundo. Incluso persiguió cruelmente a sus propios místicos y librepensadores. Al adoptar a Jehová, el dios padre judío, como única faz aceptable de Dios, subyugó a la divinidad femenina y utilizó esta perspectiva teológica para legitimar la subordinación de las mujeres. Su insistencia en la necesidad de tener una fe ciega en el dogma y su oposición a la investigación intelectual hicieron que muchos rechazaran todas las formas de espiritualidad por considerarlas meras supersticiones. Hoy son cada vez más las personas que piensan que la religión es, en el mejor de los casos, un chiste y, en el peor, una fuente de prejuicios, de intolerancia y de conflictos.

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Sexo y poder

El orgasmo es malo

Nada importante puede llevarse acabo en la vida sin abstinencia sexual. Pero no una abstinencia sexual como la de los curas, es necesaria una abstinencia sexual especial y superior. El sexo no es malo, el acto sexual no es malo, lo destructivo es el orgasmo.

Es necesario reducir al máximo el número de orgasmos, para que toda la energía sexual no se pierda y pueda acumularse. Solo con esta abstinencia orgásmica pueden comprenderse los libros de la Verdadera Gnosis. Es necesario poseer una gran energía sexual para despertar, liberarse y ejecutar con éxito la Gran Obra Alquímica. Sin abstinencia orgásmica el espíritu del hombre no puede liberarse ni manifestarse.

También para ganar dinero esta abstinencia es fundamental. Cuanto más se acumulen las energías sexuales en el cuerpo, más se acumulará el dinero en la cuenta bancaria.

La abstinencia orgásmica es la clave de los poderes parapsicológicos. Cuanto más se concentren las energías sexuales en el cerebro, mayor será la capacidad de concentración de la mente.

Sin energía sexual acumulada no pueden utilizarse con éxito las armas parapsicológicas. Y menos aún desafiar y vencer al demiurgo.

Con este tipo de abstinencia el hombre se transforma en una roca, en un Hombre de Piedra capaz de recuperar la libertad y el poder que le fueron robados.

La trampa del demiurgo

El demiurgo ha creado el sexo en el hombre por dos razones:

1. Para producir su reproducción y superpoblación sin límites. Cuanto más población, más confusión y comunismo.

2. Para que el hombre no pueda despertar. Con cada orgasmo el hombre se duerme y se esclaviza un poco más. Así lo quiere el demiurgo: un esclavo que no sepa que es esclavo, un manso sirviente agradecido de su amo y admirador de su obra adefésica. El demiurgo goza con cada emanación orgásmica del hombre.

El orgasmo es la mayor trampa con que el demiurgo mantiene esclavizados a los hombres.

La sexualidad de los esclavos

A un esclavo del demiurgo le horroriza acumular energías, pues por temor no quiere despertar. El demiurgo también siente horror por la abstinencia orgásmica, pues sus esclavos podrían despertar y rebelarse. Cuanto más demiúrgica es una religión, más se horroriza con la abstinencia sexual. También hay religiones que prescriben como obligación tener orgasmos.

Tomemos el ejemplo de Onán, un buen esclavo. Fue obligado a casarse con la viuda de su hermano como lo ordenaba la ley. No quiso tener sexo con su esposa por respeto a su hermano fallecido. La solución que encontró fue la de masturbarse todas las noches para evitar de esta forma el sexo con ella. U orgasmo con la esposa, u orgasmo con la masturbación. Este sirviente imbécil del demiurgo jamás hubiera llegado a una solución diferente.

La sexualidad del guerrero

El demiurgo puso el sexo en el hombre para mantenerlo esclavizado, pero el guerrero utilizará la misma trampa perversa del demiurgo para despertar, liberarse de él y oponérsele. Utilizará la sexualidad para su desarrollo y liberación y no para seguir siendo una nada, un zombie.

He aquí las tres técnicas sexuales de un guerrero:

1. El Asaj: los amantes permanecen desnudos en la cama, pero sin tocarse.

2. El Karezza: los amantes desnudos se prodigan besos y caricias solamente, sin penetración ni orgasmo.

3. El Maithuna: es el coito común pero desprovisto de orgasmo.

Cada caso es diferente y cada guerrero deberá explorar e investigar hasta encontrar su propio camino.

Vean el fenómeno de sincronicidad en este video, entre el payaso y los truenos. Para producir fenómenos de sincronicidad a voluntad es necesaria una acumulación inmensa de energía sexual.

Film: Arlequin

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Fragmentos del extraordinario libro de Oscar Kiss Maerth

El Principio era el Fin
El insospechado origen del hombre

(y comentarios de García Vives al final)

DESCARGAR  ESTOS FRAGMENTOS

 
Oscar Kiss Maerth

Fragmentos del libro

1. Su misión era divina. Sólo él estaba provisto de alma, de la que no disponía ningún otro ser viviente. Él era el único elegido para conocer, acatar y loar a Dios. El ser humano había sido elegido para gobernar la Tierra y para conservar en ella la justicia y armonía divinas, para darles validez. Su misión era la de mejorar todas las obras de Dios en la Tierra, e incluso concluir la obra incompleta de Dios mediante su propio progreso. Porque Dios le había concedido para esta misión un alto grado de inteligencia.
Fortalecido y alentado por su propia tesis, el hombre se colocó a la cabeza de su imaginaria pirámide, y desde allí cantó sus propias alabanzas. Con tales autoengaños, el hombre se dispuso a iniciar su misión divina. Quiso administrar al mundo, pero muy pronto se dio cuenta de que no era capaz de administrarse a sí mismo.

2. Una vez más, el ser humano se consoló con el resto de sus tesis. Siguió siendo la cumbre de toda la creación y el único ser provisto de alma. Dios había creado al hombre con el fin de que la creación tuviera sentido, porque Dios quería ser alabado por alguien, para salir así de su soledad y anonimato. El nuevo ser sin memoria todavía estaba convencido de que, sin él, el mundo estaría incompleto y Dios triste.

3. La verdad sobre el origen del hombre y las consecuencias de dicha verdad darán la vuelta a la Tierra y la conmoverán.
Todos los conceptos anteriores sobre la vida humana, sobre las metas y los progresos, se tambalearán y derrumbarán.
El género humano se encuentra al principio de una nueva era, que al mismo tiempo será la última, puesto que se encamina inevitablemente hacia la fase final de su existencia.
El ser humano no es el resultado ni de una evolución natural, ni de una evolución sana. No se originó en el marco del orden cósmico general. Por el contrario, el hombre se ha hecho a sí mismo en contra de todas las reglas de la evolución natural y en contra del orden de la naturaleza, mediante la manipulación de su propio cerebro.

4. La evolución humana está en contradicción con el orden cósmico. Fue puesta en marcha mediante una acción pecaminosa del propio hombre y dio lugar a un cerebro hiperdesarrollado y mórbido, así como a fenómenos físicos de carencia que amenazan la existencia del hombre.

5. El animal que más tarde se iba a convertir en hombre, había manipulado conscientemente su cerebro. El ser humano es el único animal terrestre que ha matado a sus congéneres con la finalidad de consumir sus cerebros. Los antepasados del hombre comenzaron esta práctica hace más de un millón de años y la siguieron ininterrumpidamente durante todo el proceso de formación del hombre, a lo largo de un millón de años.

6. El mono antropomorfo del cual nació el hombre, descubrió que el consumo del cerebro de sus congéneres incrementaba sus estímulos sexuales. Acabó viciándose y se dedicó a la caza de cerebros. Sólo más tarde se dio cuenta de que el consumo de cerebros también tenía como consecuencia un aumento de su inteligencia.
El deseo de un mayor deleite sexual y el deseo posterior de ser más inteligente, llevó al hombre a intensificar el canibalismo.
El proceso de formación del hombre se inició, por consiguiente, con el consumo de un cerebro y prosiguió de forma continuada a lo largo de toda la historia evolutiva del género humano.
Al comer el cerebro, el hombre consumía también las sustancias concentradas contenidas en él. De esta forma, tanto su propio cerebro como su capacidad intelectual aumentaron en unas dimensiones superiores a lo normal. Así nació el exceso de inteligencia, biológicamente infundada, que más tarde se convirtió en un estado mórbido.

7. Su orgullo, el enorme cerebro, es tan sólo una glándula artificialmente hiperdimensionada y enfermiza. Desde la aparición del canibalismo, la mente del hombre ha ido trastornándose cada vez más y se acerca inexorablemente a ese estado extremadamente peligroso en el que el hombre, a modo de genial loco, se destruirá a sí mismo.

8. A pesar de todas las prohibiciones y de los duros castigos, el canibalismo siguió practicándose en secreto.

9. Cualquier investigador podrá confirmar que casi todos los cráneos humanos de más de 50.000 años de edad encontrados hasta ahora fueron canibalizados. Y los cráneos de 300.000 años y más fueron canibalizados en su totalidad.

10. Bajo la presión de este sentimiento de culpabilidad y de forma instintiva, el hombre huye de este fenómeno y no quiere relacionar bajo ninguna circunstancia su origen de hombre con la práctica del canibalismo.

11. Si el hombre ha asesinado durante tan largo tiempo a sus congéneres para comerse sus cerebros, debió haber notado determinadas ventajas.

12. El canibalismo y la formación del hombre se iniciaron al mismo tiempo. El canibalismo es la causa de la evolución del hombre.

13. La hiperalimentación forzada con sustancias cerebrales obligó a la hipófisis, encargada del equilibrio fisiológico, a establecer un nuevo sistema distributivo en el cuerpo, contrario al sistema natural. Las consecuencias visibles fueron, ante todo, la pérdida del pelo del cuerpo y la desaparición de los signos de fertilidad en las hembras.

14. El cerebro nunca puede entrar en contacto con un objeto metálico. Ha de ser sacado del cráneo con la ayuda de una cuchara de bambú, para ser consumido en estado fresco y todavía caliente.

15. El cerebro debe ser consumido en estado todavía vivo, antes de que hayan escapado de él todas sus fuerzas secretas.

16. Según mis propias experiencias, al cabo de unas veinte horas después del consumo del cerebro aparece una sensación de calor en el cerebro, una especie de leve presión. Al cabo de 28 horas el cuerpo entero se siente invadido por una renovada vitalidad con fuertes estímulos sexuales.

17. El consumo de cerebro aumentó el volumen de su propio cerebro en una medida muy superior a lo que le permitía la capacidad del cráneo. De esta forma, el cerebro se veía expuesto a una creciente presión, cada vez más peligrosa con el correr del tiempo. Sucedieron casos de una enfermedad cerebral semejante a la epilepsia, con estados de locura intensa, que el hombre atribuyó acertadamente al aumento de volumen del cerebro.

18. El ser humano se ha convertido en el único ser viviente que de forma constante y silenciosa se miente a sí mismo y a sus congéneres.

19. El hombre no ha dado una educación deficiente a la mujer, sino que no le ha dado de comer cerebros.

20. Todo ser humano es anómalo y mentalmente enfermo, pero desde el punto de vista humano se le considera perfecto.

21. La dirección y las decisiones de la familia siempre han de estar firmemente en manos del hombre. La humanidad siempre continuará siendo descendiente de los monos y ninguna horda de monos ha estado dirigida jamás por una hembra. Un grupo de este tipo desaparecería en brevísimo plazo, aunque sea capaz de hablar latín, de telefonear y de fabricar gases lacrimógenos.

22. No hay ningún mono ni otro animal en nuestro planeta que sufra de malos olores axilares. Esta enfermedad sólo la padece el ser «a imagen y semejanza de Dios», este ser que supuestamente ha nacido en el marco de una evolución natural y en concordancia con el orden cósmico.
El ser humano se siente abochornado y se ve obligado a lavar con frecuencia sus cavidades axilares y sus genitales, con el fin de disminuir sus malos olores.

23. La teoría evolutiva del hombre reconocida oficialmente está plagada de contradicciones casi incomprensibles. No hay ningún animal sobre el cual se hayan escrito y dicho tantas estupideces como sobre el hombre. Él mismo se ha ido engañando de forma continua, porque se ha empeñado en ser la creatura favorita de Dios y en poseer una misión especial, en lo cual se había erigido por sí mismo.

24. Está mentalmente enfermo. Las peores consecuencias del canibalismo no son los daños físicos, sino el estado enfermizo del cerebro hiperdesarrollado, debido al cual su espíritu ha desembocado en un estado de alienación. Precisamente aquello de lo que se siente más orgulloso, su cerebro, se encuentra incurablemente enfermo.

25. El proceso de formación del hombre no tuvo lugar dentro de una evolución natural. La inteligencia superior se debió a la ingestión forzada de sustancias cerebrales físicas, que contienen inteligencia e incluso conocimientos concretos. Debido a ello, el cerebro humano pasó de los 400 cm3 a un volumen de 1.000 a 1.600 cm3.

26. El cerebro, incitado al crecimiento por el continuo consumo de otros cerebros, no pudo desarrollarse plenamente, debido al reducido tamaño del cráneo, el cual crecía a un ritmo más lento de lo que hubiera sido necesario. A consecuencia de ello, el cerebro obligado a crecer comenzó a ser comprimido. Así empezó a atrofiarse dentro del caparazón óseo del cráneo y sus incontables conductos microscópicos tuvieron que hacerse todavía más finos y seguir un trazado más complicado.

27. Debido a la presión y la falta de espacio, la masa aislante tuvo que disminuir de grosor, con lo que la capacidad aislante no era suficiente. Esta es la causa de la tragedia de la humanidad y la razón por la cual el ser humano está mentalmente enfermo.

28. Sus crecientes monomanías le impusieron cargas materiales cada vez mayores, con lo cual contrajo la maldición del trabajo. Quiere liberarse de esta maldición ocasionada por él mismo, pero los medios que utiliza para ello exigen a su vez más trabajo, que de nuevo da lugar a otros sufrimientos.

29. Que los pensamientos emitidos por un ser humano no pueden ser captados por otra persona sólo es una verdad a medias. La verdad completa resulta mucho más trágica. El hecho es que los pensamientos de una persona siguen penetrando todavía en el cerebro de las demás personas, pero éstas no los captan de forma consciente ni los comprenden, por lo que las ideas se insertan en el subconsciente e influyen el modo de pensar y de actuar de cada persona, sin que ésta se percate de ello.

30. El cerebro, que había ido aumentando de volumen por el constante consumo de cerebros, iba comprimiéndose paulatinamente en el cráneo demasiado reducido, quedando expuesto a poderosas presiones.

31. Con gran desesperación, la humanidad intentó por todos los medios aminorar la presión del cráneo sobre el cerebro. Se descubrió que el daño se encontraba bajo la parte superior de la bóveda craneal, por lo que todos sus esfuerzos estaban dirigidos a aminorar la presión en ese lugar.
Uno de los mejores métodos empleados fue la prensa craneal. Las razas de todas las partes del mundo prensaban los cráneos de sus hijos recién nacidos entre dos tablas y los comprimían mediante anchas cintas.

32. Cuando alguien enloquecía, se realizaba a menudo una intervención quirúrgica. El cráneo se lijaba con una piedra lisa, por regla general a la altura de las sienes, hasta producir allí un agujero a través del cual se podía extraer líquido. De esta forma disminuía la presión y el paciente operado volvía a disponer de sus facultades de percepción ultrasensorial.

33. Así nació el homo sapiens, la «imagen de Dios». Con su nueva conciencia, que más bien es una aconciencia, elaboró las más descabelladas tesis sobre su origen y las más insensatas metas. Aquejado por sus monomanías, se erigió en «vicario de Dios» y se puso a regir la Tierra de forma cada vez más cruel e irresponsable.

34. A consecuencia del canibalismo, el cerebro humano entero se ha convertido en un tumor maligno, que de continuo ha de ser controlado para que no se acerque a él ninguna «ciencia». Ello sólo conduciría a una destrucción precipitada de la Tierra e incrementaría la miseria humana. Muy pronto la humanidad conocerá en su propia carne cuan peligrosos son tales «tumores malignos» que gobiernan sin control la Tierra y que juegan a la «ciencia».

35. La humanidad ha elaborado unos conceptos acerca de sí misma diametralmente opuestos a la verdad. A nadie se le ocurre ya comprobar su veracidad. El ser humano sólo puede pensar como hombre, y, como es sabido, los locos no pueden diagnosticarse a sí mismos.

36. Los teólogos comparten la opinión de que gracias al progreso el hombre es en la actualidad mejor, más inteligente y más feliz que antaño. Pero, sin inmutarse, prosiguen afirmando que Dios ha creado al hombre con sus propias manos y a su imagen. Por consiguiente, Dios ha colocado en el mundo a imagen suya un ser neurótico, insatisfecho, infinitamente tonto y extremadamente criminal.
Esta afirmación de los teólogos es una blasfemia o bien una infinita estupidez.

37. Lo que el hombre necesita no es una inteligencia aumentada sobre «bases científicas», dado que esto ya lo lograron de forma insuperable los caníbales. Lo que necesita es una disminución de su alienación, que sólo se conseguirá si regresa a la naturaleza, en tanto lo permitan su cuerpo y su espíritu mórbidos. Entonces aprenderá de nuevo a pensar y se dará cuenta de que la naturaleza y sus congéneres no son enemigos suyos y de que en el universo no hay nada que mejorar, a excepción del hombre mismo.

38. La única intervención permisible en el cerebro es la que ya ha sido practicada con éxito durante tantos milenios: el formar una cúpula en la bóveda del cráneo, con el fin de aminorar en cierto modo el defecto físico. Y, si se quiere, pueden volver a crearse «hombres dioses», en lugar de semiintelectuales con diploma.

39. La pérdida de la comunicación mental se produjo primero en Mesopotamia, pues allí se había iniciado el canibalismo y la consiguiente formación del hombre, fue en aquella región donde aparecieron las primeras lenguas.

40. Aunque el cerebro mórbido del hombre es incurable, por lo que se encamina hacia la autodestrucción, sin embargo puede aminorar sus sufrimientos si cada individuo piensa por su cuenta y no se deja guiar por los pseudoconocimientos de los llamados intelectuales.

41. El ser humano nació del cruce entre una raza africana y otra asiática. El primero de estos híbridos fue engendrado por un padre africano y una madre asiática.
Todos los monos antropomorfos africanos, entre ellos los gorilas y los chimpancés, tienen trece pares de costillas. Por el contrario, todos los monos antropomorfos asiáticos, como los orangutanes, poseen doce pares.

42. Ambos animales se percataron por vez primera de que el consumo de cerebros estimulaba sexualmente de forma mucho más intensa que algunas plantas que los monos ya comían tradicionalmente para este fin. Fue bastante más tarde cuando comprobaron que dicha droga ejercía unos efectos duraderos sobre su capacidad mental.
Aquélla fue la primera pareja del género humano. Los primeros caníbales.

43. Dado que la raza paterna tenía un aspecto completamente diferente al de la raza materna, y puesto que los híbridos podían aparearse con éxito con ambas razas de origen, surgieron por lo menos dos tipos humanos de aspecto diferente.

44. Lógicamente, todas las razas de monos antropoides huían ante la presencia de los caníbales. A pesar de ello, muchos simios fueron apresados, asesinados y comidos, y las hembras fueron fecundadas por la fuerza y convertidas en caníbales, es decir, en humanas.
Sólo después de que el caníbal se hubiera dado cuenta de que los cerebros de los propios caníbales poseían una eficacia muy superior como droga sexual y sustancia incrementadora de la inteligencia, dejaron de cazar a los demás monos antropoides no caníbales. A partir de entonces ya sólo se dedicaron al consumo de seres ya humanos que se dedicaban al canibalismo desde hacía varias generaciones, por lo que sus cerebros eran mucho más valiosos.

45. En todas las razas de monos convertidas en caníbales se desarrollaron en un espacio de tiempo extraordinariamente breve un cerebro mayor y una inteligencia más elevada. Estos nuevos seres siguieron practicando el canibalismo durante un millón de años, y así nació el hombre actual.
¿Dónde está el origen del nuevo ser híbrido que dio principio al proceso de conversión? ¿Cómo se difundió el canibalismo? ¿Cómo se pobló el planeta de seres humanos?
El citado cruce entre monos africanos y asiáticos sólo era posible en aquellas zonas que forman un puente entre ambos continentes. A ambos lados de esta línea divisoria imaginaria vivían grupos tanto de monos antropomorfos africanos como asiáticos. Por consiguiente, el cruce necesariamente tuvo que tener lugar en dichas zonas limítrofes. Con ello se confirman tanto las tradiciones mitológicas como los asertos filosóficos, según los cuales la cuna de la humanidad se encuentra en la región de Mesopotamia, entre los ríos Eufrates y Tigris.

46. El género humano adquirió su fecundidad desproporcionadamente elevada a través del canibalismo.

47. Tuvieron mejor suerte aquellos grupos que en los primeros tiempos, cuando todavía disponían de un manto de pelo natural, huyeron a las montañas cubiertas de nieves eternas, donde se aclimataron. Estos seres ya caminaban erguidos y su inteligencia también era superior a la de un mono antropoide dado que descendían de caníbales. Las hembras todavía poseían los signos sexuales de los días fértiles. Puesto que la vida en las montañas nevadas enfrentaba a estos seres a unas duras condiciones de vida, su problema principal era la supervivencia y no el aumento de los impulsos sexuales mediante el consumo de cerebros. Así pues, lograron vivir en paz.

48. La existencia de estos paleohomínidos fugitivos y peludos siempre ha sido conocida y todavía se conoce en el Tíbet. La población indígena los llama yetis. A pesar de que su número es muy reducido y de que se van extinguiendo paulatinamente, los pobladores de las montañas todavía los ven con frecuencia, pero los dejan en paz. Los yetis son pacíficos y procuran esquivar al ser humano. Deben su salud física y espiritual al hecho de no haber practicado el canibalismo y no haberse convertido en la especie homo sapiens. También poseen todavía la capacidad de percepción extrasensorial.

49. Cuando hace unos 20.000 años una raza asiática mongoloide abandonó por razones climáticas el desierto de Gobi y se dirigió a Alaska, donde el clima ya había perdido parte de su crudeza, encontró a los peludos y pacíficos paleohomínidos, cuyo número ya había quedado muy reducido.

50. La humanidad, que antaño tuvo que luchar por su supervivencia por falta de nacimientos, teme hoy en día que no podrá sobrevivir debido a la superpoblación. Este cambio catastrófico de la fertilidad es un fenómeno completamente antinatural, sin paralelo alguno en la naturaleza.

51. El antiguo caníbal sigue latente en el hombre y no ha olvidado el desarrollo del proceso de conversión. Dado que el origen de la guerra se encuentra en el canibalismo, que estaba estrechamente unido a la violación de las hembras de los vencidos, la humanidad sigue relacionando en su subconsciente toda guerra con la violación de las mujeres.

52. Aparte de que las diferencias de inteligencia entre las razas se interpretan erróneamente y se abusa de ellas, la humanidad tampoco sabe qué hacer con el instinto de discriminación racial y cultural, por lo que no lo manifiesta de acuerdo con las leyes de la naturaleza. La discriminación no es desprecio ni odio, sino un instinto de diferenciación, gracias al cual todo ser vivo o unidad organizada de seres es consciente de sus características diferenciadoras. Este mismo instinto respeta automáticamente los correspondientes instintos de todos los demás seres vivos. Si el instinto de la discriminación no tuviera su función propia ni estuviera condicionado por la naturaleza, todos los seres vivos lo poseerían por error cósmico o debido a una insuficiencia de la creación. Pero, de hecho, cumple unas tareas importantísimas, pues sin él no existiría vida alguna. Dicho instinto es tan viejo como la vida misma y está tan arraigado en todo ser que cualquier intento de eliminarlo está condenado al fracaso.
Dado que entre los seres vivos no sólo existen diferencias físicas, sino también espirituales o culturales, el instinto de la discriminación actúa en ambos campos. Los monos, por ejemplo, no penetran en los territorios de otras razas de monos, ni en los de otra horda de la misma especie. Tampoco se cruzan con otras razas, ni permiten que monos de la misma raza, pero pertenecientes a otra horda, se apareen con ellos.

53. Aunque el proceso de transformación ha tenido por consecuencia que todas las razas humanas puedan mezclarse entre sí, todavía se mantiene despierto el instinto de la diferenciación o discriminación. Así pues, la humanidad se ha convertido en algo así como una raza, sin serlo realmente. Ha obtenido algo que mejor sería no tener (la conciencia de ser una unidad biológica), y al mismo tiempo ha perdido algo que debiera haber conservado (la facultad de discriminación entre las razas).

54. La historia ha demostrado miles de veces que el homo sapiens, el «hijo de Dios», presa de su espíritu canibalístico de horda, es capaz de asesinar en nombre de «su dios» a quienes no compartan su credo.

55. La humanidad asistirá a unos fenómenos alarmantes e inexplicables. Personas consideradas como civilizadas y bien educadas en el mundo occidental se comerán a sus congéneres, y a menudo a sus propios amigos, sin poder aducir ninguna razón convincente de sus actos. Será su subconsciente lo que les obligará a ello. La humanidad puede estar segura que esto será un indicio inequívoco de la aparición del nuevo canibalismo, que volverá a practicarse por diferentes razones y para diferentes fines.
En principio, ninguna raza humana posee sentimientos de odio racial, que tampoco existen entre las razas de simios, mientras éstas vivan separadas. Los chinos no tienen nada en contra de los bantúes. Pero si de pronto un millón de negros bantúes se asentara en Shangai, se acabarían el mutuo respeto y amor. Los negros kikuyu no tienen nada contra los ingleses, mientras éstos no invadan su país. Los suecos respetan y admiran a los papúes, pero sólo mientras no se asienten en Suecia dos millones de ellos. Cada raza forma su propio ghetto, su país y su territorio, en el cual nadie debería penetrar por la fuerza física ni por medios psicológicos.

56. Por otra parte, deben evitarse los matrimonios entre miembros de razas muy diferenciadas. Sin embargo, a nadie se le debería impedir la realización de tales matrimonios. Si los principales filósofos y pensadores, entre ellos Moisés, dijeron lo mismo, sabían por qué lo hacían. Los descendientes de tales matrimonios heredarán las funciones fisiológicas y las características espirituales paternas y maternas, que a menudo se contraponen.

57. El establecimiento de partidos políticos no sólo es algo completamente innecesario, sino que también es perjudicial, porque necesariamente contribuye a producir nuevas causas de discriminación, aumentando así el sufrimiento de la humanidad. Sólo resulta justificado el partido del hombre. También los asnos cuentan tan sólo con el partido de los asnos, y los elefantes con el de los elefantes. Y el hombre tendrá que adoptar esta sabiduría.

58. Estamos en vísperas de la superpoblación de la Tierra y el hambre está preparando ya su toma de posesión en el mundo entero. Todas las razas, hordas y partidos políticos serán sus víctimas.

59. Después de haberme dado cuenta de la verdad sobre el origen del género humano, dudé bastante en darla a conocer. Resulta estremecedora y tiene unas consecuencias imprevisibles para todos los campos de la actividad humana. Pero mi decisión quedó facilitada cuando me acordé del Génesis de la Biblia. Comprendí que en esas breves líneas de rico contenido ya se había dicho hace miles de años la verdad sobre el origen de la humanidad, aunque ya no era comprendida. Todo cuanto el Génesis describe de forma alegórica, coincide plenamente con cuanto he descubierto.

60. El Génesis describe de forma alegórica la evolución antinatural de un mono peludo en hombre desnudo, debido al canibalismo. Inducido por deseos sexuales, consume el fruto de la sabiduría. Los conocimientos aumentan, pero en el cerebro nacen monomanías, que impulsan al hombre a contrarrestar unas imaginarias necesidades materiales mediante el penoso trabajo. Este es el castigo hereditario que pesa sobre todos sus descendientes. El género humano arrasará la Tierra y se aniquilará a sí mismo.

61. El Génesis es una descripción clara del origen de la vida en la Tierra, y ante todo de la evolución antinatural de un animal peludo que se convirtió en hombre y que al comer del fruto de la sabiduría acabó quedando inteligente, desnudo y sexualmente enfermo. Debido a esta inteligencia adquirida por vías contrarias a la naturaleza, se produjo la alienación espiritual y, a partir de ella, las monomanías del hombre que le impusieron las mórbidas ideas del trabajo y el progreso. Con ayuda de esta inteligencia destruirá un día la Tierra, hasta que en ella sólo crezcan cardos y espinas. De esta forma, el hombre acabará su existencia en medio del desierto.
Esta historia nos la explica el Génesis en un lenguaje alegórico y fragmentario, que hoy en día ya no es comprendido. Su forma original se remonta a unos 50.000 años y fue redactada por los hombres-dioses de la zona de Mesopotamia poco antes de completarse la alienación espiritual.

62. Todavía hoy en día, las versiones más antiguas y que más se aproximan a la forma original, se encuentran enterradas en Mesopotamia, en unos textos ideográficos inscritos en tablas de barro cocido. Proceden de la época anterior al diluvio.

63. Hace apenas 3.000 años, Moisés y otros filósofos judíos eligieron las dos variantes sumerias menos fragmentarias del Génesis. Ésta es la causa de que los llamados libros de Moisés contengan dos variantes, que desde entonces se incluyen como elemento en las Sagradas Escrituras de los judíos.

64. La primera parte del Génesis relata la formación de la Tierra misma y de la vida sobre el planeta. De acuerdo con ello, al principio reinaba la oscuridad, porque el globo terráqueo estaba rodeado de gases y vapor de agua. Cuando dichos vapores se condensaron, la superficie de la Tierra quedó cubierta de agua, con lo que fue posible contemplar las estrellas, la Luna y el Sol desde nuestro planeta. Más tarde los movimientos tectónicos levantaron unas partes de la Tierra, de forma que quedaron separadas el agua y la tierra. Así nacieron los primeros continentes.
Apareció la vida en el agua. Los primeros seres vivos se convirtieron en peces, más tarde en anfibios y aves, y por último en animales de tierra firme, la cual ya estaba cubierta de vegetación. De acuerdo con el Génesis, todo ello ocurrió en seis días.
Hasta este punto la interpretación correcta resulta fácil. Los seis días han sido interpretados con razón como seis épocas, y los investigadores, que disponen de los resultados de prospecciones geológicas y de complicados medios técnicos, han tenido que confirmar que tanto el origen de la Tierra como el orden de sucesión de la evolución de la vida tuvieron que ocurrir tal como nos lo relata la primera parte del Génesis.

65. Los teólogos no fueron capaces de encontrar una respuesta adecuada. No podían saber que existe realmente una sustancia material, un fruto del saber, gracias a cuyo consumo puede obtenerse el saber y acabar desnudo. Si en lugar de acudir a los teólogos, se hubiera preguntado al respecto al jefe tribal Umkulumkulu o a otros caníbales de Borneo, habrían dado al punto una respuesta acertada sobre este punto del Génesis. Incluso habrían sido capaces de explicar por qué fue la serpiente —símbolo de la sexualidad— la que había incitado al hombre a comer el fruto de la sabiduría y por qué todavía lo está haciendo hoy en día en aquellos lugares donde se practica el canibalismo.

66. El Génesis nos muestra a los primeros seres humanos antes del pecado original. Esto es, antes de iniciarse el canibalismo. Aparecen en un jardín verde y fértil, lo cual indica que en aquella época no había allí sequía ni desierto.
Se nos dice con toda claridad en el Génesis que el hombre apareció como género o especie al término del acto de la creación. Todas las demás especies animales, incluso los antepasados del hombre, a partir de los cuales se formó, ya existían. En una de las versiones del Génesis se insinúa qué al principio el hombre vivía en paz y armonía con los demás animales. Ello significa, por lo tanto, que no era carnívoro, sino vegetariano. Este hecho todavía aparece con mayor claridad cuando Dios dice al hombre que le ha provisto de toda clase de plantas y árboles frutales, con el fin de que se alimente de ellos. Pero no se menciona con ninguna palabra la carne de los animales.

67. El ser humano es descrito en el Génesis como un ser sin ropa, que originalmente no precisaba de vestimentas artificiales, dado que disponía de su pelo natural. La vestimenta artificial de pieles de animales sólo fue necesaria más tarde, pero no porque hubiera cambiado el clima, sino porque el hombre había comido cerebro (el fruto prohibido del saber) y había quedado desnudo. Esto queda subrayado con toda claridad en el Génesis.
Dice el Génesis que Dios decidió dar una mujer a Adán. Mientras Adán «dormía», sacó de él una costilla y creó con ella a Eva. Esta parte del Génesis tampoco ha sido comprendida nunca. Si Dios había sido capaz de formar a Adán con ayuda de la tierra, sin utilizar para ello el hueso de ningún otro ser, también habría tenido que ser capaz de crear a Eva de la misma forma. ¿Por qué necesitaba para ello un hueso? ¿Y por qué precisamente una costilla de Adán? ¿Por qué no un hueso de su dedo?
Esta narración alegórica, que a primera vista puede parecer misteriosa, no lo es en absoluto. Lo único que dice el Génesis es que, al «acostarse», Adán se hizo «una carne» con Eva, y que de esta forma perdió Adán un par de costillas.
Como ya ha quedado explicado, la raza humana es una raza híbrida. Surgió por el cruce de un mono africano macho (Adán) de 13 pares de costillas con una hembra asiática (Eva), de 12 pares de costillas. Este cruce dio lugar al género humano, con sólo 12 pares de costillas. Así pues, la raza de Adán perdió realmente un par de costillas. Y la expresión «una carne» significa el resultado del cruce entre dos razas de monos.

68. El ser humano quiso alcanzarlo todo con rapidez y fuera del orden divino. Para ello consumió la droga de la inteligencia que, si bien le hizo más inteligente, también le convirtió en un enfermo mental.

69. El Génesis explica de forma unívoca lo que fue el pecado original: en su deseo de mayores deleites sexuales, el hombre comió una sustancia que incrementaba sus impulsos sexuales y que simultáneamente le hacía más inteligente.
En principio, la inteligencia no es pecado, pero todo depende de cómo se adquiere. Es posible adquirirla en contra del orden natural, y en contra de esto mismo previene Dios al hombre en el Génesis. El cerebro crudo del propio género humano es esa «enigmática» materia que contiene el saber y la facultad de pensar y por cuya ingestión se incrementa la inteligencia del consumidor. Ya no cabe teologizar más sobre ello.
Según informa el Génesis, el primero en comer el fruto prohibido fue la especie asiática, simbolizada por Eva. El canibalismo se inició en Asia. Y allí, en Mesopotamia, tierra fronteriza entre Asia y África, también surgió la nueva raza híbrida del ser humano. Los primeros monos convertidos en caníbales fueron los monos de la raza de Eva.

70. Después de que el ser humano hubo degustado el fruto del saber, se escondió. Le atormentaba su mala conciencia, pues, como animal vegetariano, había dado muerte a unos congéneres completamente inocentes. Y no lo había hecho para apaciguar su hambre ni para defenderse, sino exclusivamente para incrementar sus impulsos sexuales.

71. El ser peludo había perdido su abrigo al comer una materia que confería inteligencia, pero no al tener un mal pensamiento. El Génesis no dice que Dios descubriera al hombre cuando comía el fruto prohibido y que lo dejara desnudo como castigo. Esta pérdida apareció más bien como consecuencia automática. Como ya se ha dicho, el consumo de cerebro trastornó las funciones de la hipófisis e influyó así en el crecimiento del pelo y en la vida sexual.

72. Los fuertes dolores del parto en la mujer también tienen otras causas de origen físico y psíquico, pero que igualmente surgieron a consecuencia del canibalismo.

73. Desde hace unos 50.000 años la humanidad está trabajando de forma sistemática y con creciente rapidez para transformar nuestro planeta en un desierto inhabitable.

74. La muerte del individuo y la del género humano. Si Dios dijo que esto iba a ocurrir el día en que la humanidad comiera del fruto de la ciencia, quería decir que la causa que lleva a la muerte se produciría el día en que el hombre comiera por vez primera cerebro.

75. Todo cuanto había de ocurrir según los anuncios del Génesis, ya se ha producido palabra por palabra. Y todo cuanto todavía queda por ocurrir, se cumplirá de igual forma. Pero no se producirá a modo de futura acción de castigo de Dios, sino como consecuencia necesaria del pecado original. El género humano, alienado mentalmente, utilizará su «progreso» para arrasar y devastar la superficie de la Tierra, donde sólo podrán crecer cardos y espinas, y tendrá que morir en el desierto originado por él mismo.

76. Existen y existían ciertamente plantas y hongos que incrementan los impulsos sexuales y que de un modo pasajero actúan también sobre el intelecto. Como ya ha quedado reseñado, una de dichas plantas, llamada saladin, es consumida por los monos asiáticos como droga sexual.

77. ¿Pero por qué buscar tan febrilmente una planta maravillosa inexistente, si la tierra alberga inmensas cantidades de cráneos canibalizados, que hablan por sí solos? El fruto del árbol de la ciencia, que da sabiduría y desnudez, es única y exclusivamente el cerebro humano. Y la interminable serie de cráneos canibalizados demuestra que este fruto de la ciencia fue consumido por lo menos durante un millón de años y de forma ininterrumpida por la humanidad, y no sin razón, pues muchas razas siguen comiendo cerebros.

78. El nuevo mundo, que ofrecerá a la humanidad la única oportunidad de supervivencia, tan sólo podrá ser construido sobre las ruinas de la actual civilización occidental afilosófica, materialista, criminal y saqueadora, la cual a su vez sólo podrá subsistir esclavizando e intensificando la destrucción del planeta. En consecuencia, debe ser arrasada desde sus cimientos.

79. La causa de este sistema insostenible a la larga es una potencia espiritualmente trastornada: los Estados Unidos de Norteamérica. Los 200 millones de habitantes de ese país suponen menos del 6% de la población mundial. Y, sin embargo, poseen aproximadamente el 50% de todos los bienes materiales vitales en todos los continentes, que se han apropiado mediante la astucia, la extorsión y la fuerza. Utilizan tales bienes para mantener a flote un sistema económico desconocido anteriormente y completamente absurdo.

80. Esto ya no es capitalismo, sino una verdadera masturbación económica, que sólo puede ser mantenida a costa de la mayoría de la población explotada y de la habitabilidad de la Tierra. El que dicho sistema idiota y cruel floreciera precisamente en América tiene a su vez unas razones biológicas, que desarrollaré en mi próximo libro.

81. Debido a ello, la tarea más importante y urgente de todos los pueblos es la de romper todas las relaciones económicas, militares, políticas y culturales con los causantes de este sistema, con el fin de que su poder se derrumbe lo antes posible.

 

Comentarios por Mario I. García Vives

Hablemos primero del título del libro. La primera edición, en alemán: Der Anfang war das Ende (1971). La segunda edición, en inglés: The Beginning Was the End. El título está bien claro: El principio fue el fin. Es como decir: el nacimiento fue su muerte. En su origen, quedó determinada su futura aniquilación. La edición en español tiene un título confuso, que no se entiende: El Principio era el Fin. Fea distracción del traductor y de los editores. Así está claro: El principio FUE el fin.
 La tesis y detalles de este libro son extraordinarios e impresionantes, lo he leído completo en internet.
El autor, por supuesto, no está en posesión de la Gnosis, por eso hay errores de interpretación en su libro. Está disculpado, en su época la Gnosis no estaba al alcance de todos como lo está hoy. Tampoco existía internet.
El autor está asombrado, casi asustado, con lo que ha descubierto. Yo encuentro acertada y probada su hipótesis, solo que no comparto su solución.
Tiene razón Kiss Maerth cuando afirma que inmediatamente después de haber sido creado, el hombre cometió el pecado de comer cerebros de sus congéneres y sus kalas cerebrales. Este acto de asesinato y peculiar canibalismo produjo lo que el autor define como la degeneración paulatina del hombre. Para mí, esta desobediencia inicial del hombre es lo que ha permitido obtener el grado de conciencia necesario para percibir y convencerse de la injusticia y maldad del Dios creador. La mutación producida en el cerebro, si fuera una degeneración sería una degeneración genial. Degeneración que no estaba en los planes del Dios creador o demiurgo y que, gracias a ella, el hombre tiene la posibilidad de liberarse de sus garras.
Una vez producida la mutación del cerebro el hombre tiene dos caminos ante sí: arrepentirse y retornar a Dios o separarse definitivamente de él y ser libre.
Kiss Maerth pertenece al primer grupo. No se le ocurre acentuar la desobediencia y la separación. Él quiere retornar al Edén, al vegetarianismo y al aburrimiento. A él le resulta deseable y apropiada la creación de un mono idiota, deficiente mental y esclavo del demiurgo que lo creó. Un vegetariano torpe que acepta mansamente el orden del demiurgo Jehová, tal como está en la biblia. Un mayordomo administrador del Edén, que evolucionaría muy lentamente a través de millones de años controlado de cerca por Dios.
Otro grupo de hombres considera que el pecado original ha tenido un éxito rotundo. A través de la mutación de su cerebro, el hombre ha tomado conciencia de su propia miseria espiritual y de la miseria de quien lo creó. En contra del demiurgo que lo creó desarrolló su cerebro y su conciencia para ser capaz de despertar y advertir el engaño de Dios y su creación. El hombre ha despertado y, si es capaz de sobreponerse al miedo que lo embarga, podrá continuar separándose de la impureza y falsedad hasta recuperar su Ser Verdadero y Originario, para poder recuperar definitivamente la libertad que le fue robada.

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Lucha contra las dos trinidades satánicas

Triángulo satánico del macrocosmos: el demiurgo, el tiempo y la materia.

Triángulo satánico del microcosmos: el demiurgo, el cuerpo y el alma.

 

Si un hombre dormido logra despertar, lo primero que advertirá será la situación deplorable en que se encuentra.

Su Espíritu es un prisionero del demiurgo y se halla encadenado al alma, y a través del alma al cuerpo. Si quiere dejar de ser un esclavo deberá luchar primero contra el alma y el cuerpo para liberarse de ellos. Si triunfa y se libera podrá desafiar posteriormente al demiurgo y luchar con él frente a frente y vencerlo. Pero primero deberá contemplar la horrible faz del demiurgo: un jabalí gigantesco cubierto de cientos de millones de ojos. Una cosa es describirlo y otra muy diferente vivenciarlo. La mayoría fracasa al intentarlo. La biblia lo dice claramente: “Ningún hombre puede verme y seguir viviendo”. Si en el enfrentamiento cara a cara con el demiurgo tiene éxito, el guerrero habrá logrado la máxima realización que puede lograr un Espíritu que haya sido encarcelado en este infierno satánico.

Vean el siguiente video para tener una idea de cómo será la lucha contra el alma y el cuerpo. Vean las dos trinidades satánicas simbolizadas en los dos grupos de tres hombres cada uno que corren hacia la izquierda y la derecha simultáneamente antes de comenzar la lucha de los gladiadores.

Film: Gladiador

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Alquimia Vegetal

La utilización de sustancias vegetales para la consumación de la Gran Obra Gnóstica y Alquímica: la Liberación y Retorno del Espíritu.

Complementa la alquimia sexual.

El hongo amanita muscaria, utilizado para este fin desde hace miles de años, es la más importante de estas sustancias.

Allí están las dos vías: seca (ingestión del hongo crudo) y húmeda (ingestión del hongo hervido en agua).

Allí están los tres colores de la obra: negro (la base del hongo), blanco (el cuerpo del hongo) y rojo (la cabeza).

Es la manzana que Eva le dio de comer a Adán, para despertarlo y recuperar la sabiduría.

Es el soma que los arios del norte llevaron a India.

Es el origen del poder de Odín – Wotan.

Es el origen del poder del dios Hanuman, bajo cuyos efectos realizaba sus proezas.

Bajo sus efectos los rabinos de Alejandría inventaron el cristianismo.

Es lo que hizo caer del caballo a San Pablo y lo que propició su conversión a la nueva religión.

Bajo sus efectos se conocen el cielo y el infierno y se produce el acercamiento a Dios.

Dante Alighieri tuvo estas experiencias y las puso por escrito en La Divina Comedia.

Amanita es el Salvador del Mundo, quien muere por nosotros cuando lo ingerimos.

Bajo sus efectos Rasputín hablaba con la Virgen y asesoraba al Zar.

Sólo bajo abstinencia sexual debe consumirse el amanita.

Este es el sagrado amanita

Amanita Muscaria
Amanita Muscaria

Este es el Papa Noel, un perfecto amanita

Papa Noel
Papa Noel

Casualidades visuales con la Iglesia Católica

Juan XXIII
Juan XXIII

Juan XXIII, «el Papa Bueno». Bueno para la sinarquía, muy malo para la Iglesia Católica.

Tres Papas Hiperbóreos

Pío XII
Pío XII

Pío XII. Santo Protector de Occidente.

Juan Pablo II
Juan Pablo II

Juan Pablo II. Guerrero. Aniquilador del comunismo.

Benedicto XVI
Benedicto XVI

Benedicto XVI. El Espíritu Romano-Germánico. Custodio y Protector de la Iglesia Católica.

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Elementos gnósticos y tántricos en el film Drácula de Francis Ford Coppola

La Orden Sagrada del Dragón. Guerra mística. Traición del demiurgo. Rebelión contra el cristianismo. Suicidio. La amada muerta. Pareja tántrica. Negro, blanco y rojo. El laberinto. Maithuna. Ingestión de sangre. Salir del mundo de Maya. Obtención de la inmortalidad y de la eternidad. Niebla luminosa. Caminar entre los mundos del demiurgo.

Film: Drácula de Francis Ford Coppola

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La sinarquía estudia como será la guerra en el futuro

Hace doce años, mucho antes que los atentados del 11/S inauguraran la presente etapa de la «guerra contra el terror», el historiador Walter Laqueur anticipó que «en el futuro los terroristas serán individuos, o personas de un mismo pensamiento, que trabajarán en grupos muy pequeños».

En el mismo ensayo («Terrorismo posmoderno», Foreign Affairs, 1996) el autor añadió: «Las ideologías de estos individuos y mini grupos serán aun más aberrantes» que la de las organizaciones mas grandes del pasado. Los miembros de las nuevas formaciones serán, escribió también, «más difíciles de identificar».

En otras palabras, el juego del terror seguirá siendo el mismo de antes, pero será jugado de modo diferente, una receta para sucesivas tragedias. (Continúa)

Fuente: Clarín 6 de Diciembre de 2008 «India: los rostros ocultos de un terrorismo más letal» por Oscar Raúl Cardoso.

Comentario

Nos ha llamado la atención la siguiente frase: «Las ideologías de estos individuos y mini grupos serán aun más aberrantes». Pero, ¿Qué puede resultar aberrante para la sinarquía?

¿El marxismo, la homosexualidad, la pedofilia, las drogas destructoras de cerebros, los millones de abortos por año, las mentiras de los diarios, revistas y televisión, la falsificación de la historia?

¿Guantánamo, las cárceles secretas, la tortura legalizada?

¿La usura, la fabricación de crisis financieras, el empobrecimiento mundial, el pase del dinero y de los bienes de la mayoría a manos de unos pocos bien identificados?

¿La destrucción del clima, la fabricación de guerras?

Nada de todo esto, absolutamente nada de esto es aberrante para la sinarquía. Al contrario, el demiurgo y sus sirvientes experimentan un intenso placer ante estas asquerosidades. Y la chusma hipnotizada solo sabe obedecer.

¿Qué cosa puede ser perversa para la sinarquía? Una sola cosa: lo Increado. Y de todo lo increado, aquello que ha ingresado en el mundo del demiurgo como un palo en su culo: la Gnosis Verdadera y Eterna. ¿Estarán guiados por la Gnosis Eterna los guerreros del futuro a los que se refiere la sinarquía en su artículo?

Film: Predator

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¿Desaparecerá la especie humana? Vean lo que se viene

Caimanes en las costas inglesas, un gran desierto en Brasil; las míticas ciudades de Saigón, Nueva Orleáns, Venecia y Bombay, perdidas, y el 90% de la humanidad desaparecida. Bienvenido a un mundo 4°C más cálido.

La buena noticia es que la supervivencia de la humanidad en sí misma no es un problema por considerar: la especie continuaría incluso si sólo un par de cientos de individuos se mantienen con vida.

Un calentamiento promedio del globo de 4°C tornaría al mundo irreconocible.

Que la temperatura aumente 4°C es muy posible. El informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés) de 2007, cuyas conclusiones se consideran conservadoras, predijo un aumento de entre 2° y 6°4C para este siglo.

Si esto sucediera, las consecuencias para la vida en la Tierra serían tan terribles que muchos de los científicos contactados para hacer este artículo prefirieron no contemplarlas, y sólo opinaron que debemos concentrarnos en reducir las emisiones a un nivel en que tal aumento de temperatura sólo tenga lugar en nuestras pesadillas.

La última vez que el mundo experimentó un aumento de la temperatura de estas magnitudes fue hace 55 millones de años. En ese entonces, las culpables fueron las grandes áreas de metano congelado y químicamente aprisionado, que se liberaron del océano profundo en ráfagas explosivas que llenaron la atmósfera con alrededor de 5 gigatones de carbono.

Esto hizo que la temperatura aumentara unos 5 o 6°C: selvas tropicales aparecieron en las regiones polares libres de hielo, y los océanos se volvieron tan ácidos a causa del dióxido de carbono que hubo una gran reducción de la vida acuática. Los mares subieron hasta 100 metros por sobre el nivel actual y el desierto se extendía desde el sur de Africa hasta Europa.

Si bien los cambios exactos dependerán de cuán rápido se produzca el aumento de la temperatura y cuánto hielo polar se derrita, podemos esperar que se desarrolle un escenario similar. El primer problema sería que muchos de los lugares donde viven las personas y se produce la comida serán inutilizables.

El aumento de los niveles del mar (a causa de la expansión térmica de los océanos, el derretimiento de los glaciares y las grandes tormentas) inundaría las actuales regiones costeras con dos metros de agua, y, posiblemente, mucho más si el hielo de Groenlandia y parte de la Antártica se derritieran.

La mitad de las superficies del mundo están en el trópico, entre los 30° y los -30° de latitud, y estas áreas son particularmente vulnerables al cambio climático.

La falta de agua potable se sentirá en todo el planeta, con temperaturas elevadas que reducirán la humedad de la tierra en China, el sudoeste de los Estados Unidos, América Central, la mayor parte de América del Sur y Australia. Todos los grandes desiertos se expandirán, y el Sahara llegará justo hasta Europa central.

Todo esto llevará a la creación de dos cinturones latitudinales secos, donde será imposible vivir, según Syukuro Manabe, de la Universidad de Tokio, Japón, y sus colegas. Uno cubrirá América Central, el sur de Europa y norte de Africa, el sur de Asia y Japón. El otro, Madagascar, el sur de Africa, las islas del Pacífico, y la mayor parte de Australia y de Chile.

Los únicos lugares que tendrán suficiente agua serán las altas latitudes. «Todo en esa región crecerá a lo loco. Es allí donde se refugiará toda la vida -dice James Lovelock, antiguo científico de la NASA y creador de la teoría Gaia, que describe a la Tierra como una entidad autorregulante-. El resto del mundo será un gran desierto con algunos pocos oasis.»

«Los humanos estamos en una posición muy difícil, y no creo que seamos lo suficientemente inteligentes como para manejar lo que se viene. Creo que sobreviviremos como especie, pero la mortandad será enorme durante este siglo -opina el científico-. Al final de éste, la cantidad será de mil millones o menos.»

«Ya es muy tarde para nosotros», dice el presidente Anote Tong, de Kiribati, una isla que se está hundiendo en Micronesia, que programó migraciones graduales a Australia y a Nueva Zelanda. «Tenemos que hacer algo drástico para terminar con las barreras nacionales.»

Incluso si se pudiera evacuar a toda la población mundial a Canadá, Alaska, Bretaña, Rusia y Escandinavia, ésta sería unas de las pocas regiones con acceso al agua, con lo cual serían valiosas áreas para la agricultura, así como los últimos oasis para muchas especies, con lo cual las personas tendrían que vivir en compactos edificios altos.

Este será seguramente un mundo mayormente vegetariano: los mares casi no tendrán peces, los moluscos se extinguirán; las aves de corral podrían tener cabida en los límites de las tierras cosechadas, pero no habrá lugar para que pasten los animales. El ganado se limitará a animales resistentes, como las cabras, que pueden sobrevivir con los arbustos desérticos.

Gran parte de la biodiversidad de la Tierra desaparecerá porque las especies no se podrán adaptar lo suficientemente rápido a las altas temperaturas, por la falta de agua, por la pérdida de ecosistemas o porque los humanos se la habrán comido.

«Puedes olvidarte de los leones y los tigres: si se mueve, nos lo habremos comido -opina Lovelock-. La gente estará desesperada.»

El prospecto más terrorífico de un mundo 4°C más caluroso es que puede que sea imposible volver a algo parecido a la Tierra variada y abundante de hoy. Incluso más, la mayoría de los modelos están de acuerdo con que si se llega a este aumento de la temperatura, el alud del calentamiento no podrá detenerse y el destino de la humanidad es más incierto que nunca.

Fuente: Gaia Vince | New Scientist

Publicado en diario La Nación 8 de Marzo de 2009

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