Saltar al contenido →

El oído y la reverberación acústica de la Serpiente

Por Christian C.

La compleja estructura del oído humano evidencia el nexo del humano actual con la ascendencia reptil, concretamente el lagarto, nexo que se ha buscado ocultar por todos los medios, inventando el llamado «eslabón perdido».

Recordemos que en el inicio del tiempo, y previo al encadenamiento de los espíritus hiperbóreos, teníamos en el mundo por un lado aquel ensayo demiúrgico del Pasú, como raza de matriz homínida.

Y por otro lado la visita de los Siddhas hiperbóreos a este mundo, asumiendo el aspecto de hombres lagarto, y encontrándose con aquella prueba o ensayo del Pasú.

Luego de la intervención de la clave genética, en que un grupo de Siddhas (los traidores) se mezclan copulando con la raza Pasú, el homínido-Pasú muta, adquiriendo el gen y ADN reptil.

Bajo esta mutación, se operan algunos cambios fisiológicos, climáticos, químicos y geológicos, así como la aparición de nuevas especies. (Como el pulpo por ej. representativo de la instancia del encadenamiento espiritual, y por otro lado las aves, acompañando biológicamente la secuencia del ocultamiento de los Siddhas traidores de su aspecto reptil, asumiendo «alas»).

Entre los cambios fisiológicos, que afectaron el microcosmos del Pasú, ahora mutado en Virya tras la adhesión del Yo perdido de un espíritu hiperbóreo, surgió la expresión continua del ángulo recto (alusivo tanto al encadenamiento espiritual, como al secreto de su liberación), en la ahora mano de cinco dedos, donde el pulgar y el índice señalan continuamente dicho ángulo recto.

Así también, la conformación de la glándula pineal, resabio de un anterior tercer ojo, la inclusión de un tipo de sangre RH negativo de clara tipología reptil, y la estructura actual del óido humano como se la conoce hoy día.

Estableciendo una diferencia entre el tipo mamífero y el reptil, tenemos que en la estructura dentario-bucal del mamífero se mantiene una articulación denominada dentario-escamosal, por articularse precisamente entre el denominado dentario, y el hueso escamosal.

En tanto los reptiles poseen varios tipos de dientes, tales como el dentario, el articular, y el angular, manteniendo una articulación entre el hueso denominado cuadrado y el articular, o articulación cuadrado articular.

Si bien en el Virya perdido, y su microcosmos actualmente visible, predomina el aspecto mamífero, en cuanto matriz homínida dominante, descendiente del Pasú, el legado reptil se conserva por otra parte, en aspectos de la fisiología humana, como el caso concreto mencionado del oído humano.

Dado que la intervención de la clave genética consistió en la resignación del signo espiral del Pasú (signo representativo de la matriz funcional del desarrollo evolutivo del designio caracol) con el símbolo del origen, tal resignación permitió la actualización orgánica de la matriz espiral afectada, apreciable en la espiral de la cóclea en el oído.

Esta es la razón, de que los Siddhas y Viryas despiertos perciben el signo del origen en otros Viryas, a la altura del oído humano, ya que allí se plasmó orgánicamente la resignación mencionada.

Por otro lado, los huesos del oído medio en la cadena osicular, tales como martillo, yunque y estribo, han devenido del sistema articular de los reptiles, en tanto que el angular devinó en el tímpano del oído.

Estos huesecillos funcionales a la transmisión acústica, devienen del sistema dentario de los reptiles, y en la conformación arquetípico-orgánica operada (donde la resignación del signo Pasú con el símbolo del origen contribuía al plan evolutivo ideado por el Demiurgo), tal enlace establecido dentario-acústico, se estructuró como representativo del designio hambre del Demiurgo.

Así también el tímpano deviene del angular de los reptiles ,llamado así por el ángulo que forma en la mandíbula infero-posterior de los reptiles.

Más, al ser estructurado el tímpano, puede eventualmente un Virya despierto, quien hace resonar la vox o bija del Gran Antepasado (lo que equivale a «escuchar a la serpiente» en la sangre ), acceder al secreto reptil del ángulo recto.

También se aprecia nucleado o representado en el oído, la forma del laberinto.

La prueba que esta conformación orgánica se debió a la mutación genética operada (clave genética) y no a una evolución de tipo Darwinista, se halla en que especies a medio camino entre el reptil y el mamífero, como el Cinodonte (ejemplares como el Brasiliterio o el Brasilodonte) no presentan estos huesos del óido medio, lo cual es indicativo de cierto «salto» de la especie, en cuanto actualización orgánica se refiere. Salto que ,repetimos, fue debido a una intervención externa o extraterrestre, operada por los Siddhas traidores, mediante la clave genética.

En el texto «El mundo rojo de Escorpio», encontramos más claves iniciáticas de esta temática, en relación con la transmutación alquímica del Virya en su despertar y orientación al Origen :

«La sangre menstrual brota influenciada por las «Fases Lunares» y torna a la mujer infecunda, dicha condición instituye un signo de muerte en esa sangre, que remite a la idea de una sangre que de correr por las venas de un Iniciado, solo produciría un «Hijo de La Muerte», un «Kaput Níger», un «Virya Despierto», un «Niño de Piedra Blanca», jamás vida creada, siendo referente así de aquel momento en que «CONOCIMOS EL TIEMPO» bajo el «Sol de Escorpio».

Este hecho es prueba de la posibilidad que la mujer tiene convenientemente orientada de «curar y curarse», de neutralizar e inmovilizar el «Veneno Arquetípico» que se mueve en la sangre, podría decirse que se trata de la presencia de un «ANTÍDOTO» de efecto
orientador para el Yo Perdido, por esta razón, por esta condición de IMPURA NATURAL de la mujer, no le está permitido oficiar como «SACERDOTE EN EL MISTERIO CRÍSTICO DE LA TRANSUBSTANCIACIÓN»; en pleno ritual esta condición de La Oficiante tendría efectos devastadores para el Culto, ya que el vino lejos de convertirse en la «Sangre de Cristo», se convertiría en «Sangre Negra», «Sangre Pura», «Sangre Congelada», «Copa de Menstruación o Sangre Negra».

El hombre convenientemente orientado procura esta como inmovilización en la sangre, del «VENENO MELÍFERO» que los distintos «REGISTROS ÓNTICOS», cual Apis Melificas, producen como efecto de su influencia estructural sobre el «Sujeto Consiente Actual», obviamente este «Efecto Inmovilidad» está vinculado con el sacrificio de «Agotar el Karma» tarea arto difícil, ya que exige una voluntad férrea para soportar el padecimiento consiente que conlleva «REMONTAR EL RÍO DE LA SANGRE HACIA LA CLARIDAD DE LA HERENCIA DIVINA».


Esta operación inmovilizadora del Veneno Arquetípico o agotamiento del Karma, supone un cambio metafísico en el ámbito de la sangre, la generación de cera, «LA CERILLA ROJA», la «VOLUNTAD del INICIADO» conforma la actividad producto de la influencia de los «Registros Ónticos» de forma que «EL ENJAMBRE MUTA», de estar compuesto por «Apis Melificas» a componerse de «Apis Cerificas», que estiran la Cera en la Sangre, generando «EL PANAL DE CERA ROJA QUE INMOVILIZA LA MIEL VENENOSA», permitiendo intuir en el ámbito de un «Tiempo Propio o Transversal» producto del Cerco Estratégico que define «La Técnica Arquemónica,» el camino a tomar en cada encrucijada del Laberinto «Espiral Evolutiva del Pasú» con las RUNAS DEL ORIGEN, lo que lleva a situarse en la espiral de la estructura del oído humano, donde el contexto acústico devela la posibilidad, de constelar la Cera Roja en un solo instante, como efecto resonante de un «Sonido o Bija», que equivaldría a la «VOZ DEL GRAN ANTEPASADO HIPERBOREO», ya que escucharla traslada al momento en que conocimos el tiempo bajo el Sol de Escorpio.
«ANTÍDOTO», «CERA ROJA», «PANAL EN EL OÍDO».

El extracto del texto citado, permite apreciar como en la transmutación alquímica del Virya, tiene un protagonismo esencial la asistencia de la mujer orientada y despierta, y su kalas menstrual.

Este kalas ,valorado sumamente en la tradición Kaula, es tan poderoso, que puede neutralizar toda la estructura del condicionamiento anímico y kármico, estrcutura que se despliega en la actualización de innumerables registros ónticos ocultos en el microcosmos del Virya.

Y es que, tal sangre o kalas menstrual, es sangre de la serpiente, ya que la mujer Virya orientada , e incluso la mujer Kali que no es consciente de serlo, en tal instancia encarna el poder de la Diosa Serpiente.

El nexo entre la luna, la mujer y la serpiente ha sido también ancestralmente señalado en el foclore y el mito, y esta es la razón, que la sangre menstrual, influenciada por la luna, se manifieste en ciclos alrededor de 28 días, ciclo que remite no solamente a lo lunar, sino que también tiene su correspondencia en los 28 anillos de la serpiente!

Publicado en Artículos

Un comentario

  1. Gastón

    Perdón si mis preguntas no están a la altura del contenido, pero mi mente aun funciona en términos de «bueno» o «malo». Entonces, ¿la sangre menstrual ayuda o impulsa el camino virya al despertar?

Los comentarios están cerrados.