África y Rusia también fueron contempladas como posibles opciones.
De izquierda a derecha, el general británico Edmund Allenby, el ministro de Relaciones Exteriores Arthur Balfour y Herbert Samuel, el primer Alto Comisionado de Palestina, posando para una foto en Jerusalém. Foto: AFP.
Hace cien años un documento cambiaba la historia de Medio Oriente. El 2 de noviembre de 1917, durante la Primera Guerra, a través de la Declaración de Balfour el gobierno británico apoyó de manera pública la propuesta de establecer un territorio judío en Palestina.
Sin embargo, había una realidad que hacía que esto pareciera, por aquel entonces, algo imposible: esa zona estaba en manos del Imperio Otomano.
«La idea de establecer un hogar para el pueblo judío partió del Primer Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897», explica José Antonio Lisbona, historiador y experto en Historia del Judaísmo Contemporáneo, en una nota publicada por BBC Mundo, el portal de noticias en español de la cadena de radiodifusión estatal británica.
Si bien muchos pensadores judíos defendieron la idea de establecerse en Palestina desde un comienzo, otros contemplaron la idea de establecer el futuro Estado en otros países.
Argentina fue una de las opciones. El propio Theodore Herzl, fundador del sionismo político moderno (el movimiento que defendía la idea de la creación de un Estado judío en Palestina), consideró la posibilidad de un asentamiento masivo en nuestro país.
En su libro, «Der Judenstaat», bajo el título «¿Palestina o Argentina?» menciona las ventajas de una supuesta elección de la Argentina. «Allí aclara que era un vasto territorio vacío en el que no había que expulsar a ningún pueblo ya establecido», le dijo al portal de la cadena británica la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Carmen López Alonso.
La carta que el 2 de noviembre de 1917 el entonces ministro de Exteriores británico, Arthur James Balfour, escribió apoyando la creación de un Estado judío en Oriente Medio. Foto: EFE/Biblioteca Británica.
De ese modo se evitaría uno de los grandes inconvenientes de Palestina, en donde ya había una población árabe instalada. Para Lisbona, sin embargo, la propuesta mencionada por Herzl «fue una entelequia» que nunca se consideró concretamente.
También hubo otras propuestas. «El Plan Uganda fue el único plan oficial y serio» para establecer un Estado Judío fuera de Palestina. Según le explicó el historiador a BBC Mundo, fue oficial porque el gobierno de Reino Unido en 1903 le ofreció al pueblo una parte del territorio británico en África Oriental. Además de Uganda, el proyecto incluía una parte de Kenia.
Para otros estudiosos y pensadores, el antecedente del actual Estado de Israel hay que buscarlo en Siberia. Ocurre que en 1934 -y gracias a que los dirigentes de ex URSS le dieron un territorio con autonomía cultural cada una de las naciones que la conformaban- se creó la Región Judía Autónoma de Birobidzhan, en el límite de Rusia con china. A fines de la década del ’30, sus líderes sufrieron las purgas del stalinismo.
Finalmente, y luego de la derrota de las fuerzas del Imperio Otomano en la Primera Guerra, la Declaración Balfour fue respaldada por los aliados.
Fuente: Clarín