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Poema en honor a Nestor Kirchner

Por autor Anónimo

Es una pena que murieras, Kirchner.

Este no es el final que yo deseaba.

Tu corcel desbocado de ambiciones

Se estrelló cuando menos lo esperabas.

La muerte no perdona ni a los reyes.

Para morir solo basta que estés vivo

Y a veces se solaza con algunos

Por su soberbia y su talante altivo.

 

Tu mortaja será igual que todas

Sin oropeles y ningún bolsillo.

Así que tu riqueza acumulada,

Para vos ya sin sentido.

Tu muerte no me alegra, te lo juro,

Porque pensaba en un final distinto:

Rindiendo cuentas a mi patria amada

De la perversidad de tus caprichos.

 

Aunque quisiera no me aflora el llanto,

Es infinita la lista que analizo,

De odios, de rencores, de venganzas

De avaricia insaciable y sin sentido.

Es imposible enumerarlas todas

Porque llega la lista al infinito

Comenzando allá lejos y en tus pagos

Donde dejaste a montones sin su nido.

 

Yo quisiera llorar, pero no puedo.

Cuando lo intento se aparece un niño

Con los mocos colgando y harapiento

Porque vive en el norte y es un indio.

Repartiste millones, no los tuyos

Multiplicados a increíble ritmo,

Pero siempre cargados de impudicia,

De corrupción, de sobornos y de vicios.

 

Elegiste las heces de mi pueblo

Y los llevaste a gobernar contigo

Por eso el mal olor que emanan todos

Denuncian un sistema corrompido.

Al campo lo querías de rodillas,

Y querías ver preso al periodismo,

Peleado con el clero y con el Papa,

Con Europa y con todos los vecinos.

 

¡Basta, por Dios! ¡Fue Dios quien dijo basta!

Pidió tu extradición y se la dimos.

Allá te juzgarán, pero cuidado,

No será de Oyarbide el veredicto.

Yo quisiera llorar, pero no puedo.

Al Supremo Hacedor perdón le pido.

No deseo la muerte para nadie.

Que lo juzgue el Señor como es “De Vido”.

 

Publicado en Artículos

Un comentario

  1. Lev

    Me gusta mucho el poema es Inspirador SSaludos.

Los comentarios están cerrados.