Saltar al contenido →

Categoría: Artículos

Arquetipo y fundamento mágico

Por Ivlak

Así como el ser humano desarrolló idiomas que le sirven de comunicación, la mente tiene su propio lenguaje que es simbólico. Como explican las corrientes gnósticas cada elemento del mundo manifestado está sujeto a una matriz arquetípica que se encuentra en la estructura cultural desarrollándose la simbología en la mente profunda. Estos son construidos a partir de arquetipos más sutiles o simples. Así la realidad manifestada tiene su origen en el plano arquetípico, dando la combinación de los mismos formas compuestas hasta llegar a los símbolos y estos siguen agrandándose con símbolos menores. Como ejemplo citemos el que menciona Nimrod de Rosario en Fundamentos, la rueda de un auto posee el arquetipo del círculo, la profundidad, el radio, el material que lo compone, etc. A su vez podríamos seguir desmenuzando cada uno de ellos. Podemos ver como la realidad del tiempo trascendente no se modifica por hechos causales, sino por “formaciones arquetípicas” que la realizan en un tiempo perpendicular u oblicuo (como menciona Nimrod) al tiempo trascendente.

De esto inferimos que si la modificación es a través del lenguaje simbólico, entonces para lograr transformaciones tendríamos que utilizar el mismo lenguaje para que, desde la manifestación manipular los arquetipos y regresen así al mundo manifestado con la intención que quisimos imponer.

Se puede citar como ejemplo el rito de la misa, con la simbología real, no la de un príncipe hebreo que intentó ser Rey, o un enviado para hacer que los hombres sean moralmente buenos. Sino el nacimiento del niño sol, niño Mitra, niño Jesús. En el fondo es el auténtico sol de la noche, lograr su nacimiento, que será el salvador del hombre primordial, Adam Kadmon, Insal al Kamil, en definitiva el Hombre Arquetípico. La resignificación conceptual del antiguo culto mitraico lleva a que el rito no posea ningún valor metafísico, pues no manipula los arquetipos, sino que siguen siendo lo manifestado manipulado por EL ARQUETIPO.

Esta es la razón por la cual se emplea la magia ceremonial con simbología de todo tipo, sea audible, visual, conceptual, etc. y de gran importancia la conductibilidad conceptual que se le dé a la parte manifestada del símbolo arquetípico para que nos conduzca a nuestro destino suprasensible.

Otro tema es preguntarnos si una persona intenta modificar un hecho del mundo manifestado a través del plano arquetípico (el estudio similar a la pontónica), ¿no estará siendo un servidor del arquetipo, mas que manipularlo? Si la persona intenta liberarse del mundo sin haber aislado su yo, ¿podrá realmente utilizar lo ceremonial y simbólico para despertar (como era en un principio el auténtico rito de la misa)? Por algo hay un guía al frente del rito, un puente o pontífice, un puente cinvat, un Iman, un despertado o seguidor de un despertado hasta que finalmente nazca el sol negro en nosotros, el Iman oculto, el Cristos, el portador del fuego (Lucifer o Fósforo, faceta de Prometeo que les lleva el fuego sagrado del conocimiento a los hombres para que recuerden que tienen un origen divino-titánico-uránico, como mencionan los misterios órficos).

En el Islam esta simbología se ve con las posiciones de la oración. La primera posición es parado, que simboliza la letra Alif (la letra polar), la siguiente es quebrando el cuerpo de parado, que es la letra da y finalmente la posición más importante es arrodillado con la cabeza debajo del corazón que representa la letra min. Así se forma la palabra ADM o Adam, el hombre arquetípico y con el corazón arriba de la cabeza o sea la esencia del hombre (corazón arquetípico) por arriba del cerebro (arquetipos invertidos del hombre). Pero como dice el Corán, Iblis, identificado con el demonio cristiano, colocó un coágulo en el corazón.  (Tema a desarrollar en otro momento).

6 comentarios

Relación entre Nimrod de Rosario y el shiismo septimano

Por Ivlak

Dentro del mundo islámico una rama importante es el shiismo, el mismo se define como de carácter esotérico, encontrándose el mensaje oculto del profeta Muhammed. Para el mundo sunní (la rama más extensa del Islam) el ciclo de las profecías terminó con el profeta del Islam, pero dentro de la concepción del shiismo, el ciclo que se cerró es el del mensaje exotérico, no así el esotérico que evidenciado por los Imames. Si bien dentro del shiismo duodecimano, como en el shiismo septimano, el último Imam está oculto y es el que trae el mensaje esotérico. Dentro de estas concepciones existe un relato exotérico, pero en otras interpretaciones este Imán es el que debe encontrar en su interior cada musulmán sirviéndole de guía en el despertar. Para que, como dijo el profeta, “mueran antes de morir”.
Dentro de la rama septimana existen los Ismailítas nombre proveniente de Ismail el último Imán, que se ocultó (7mo.). En la teología ismailí Allah es la Primer Inteligencia del Pleroma, el mundo más sutil. Es la primer inteligencia fuera del “Dios escondido, inmanifestado”. Producto de sentirse “lejos” del inmanifestado es que posee estupor o tristeza. El primer emanado es la segunda inteligencia (emanado de la primera) que es el Alma Universal. De esta surge la tercera inteligencia que es el Adam Kadmon o el Adam espiritual. Este no reconoce la convocatoria del Tawhid (la unidad), se produce un retardo de la eternidad (surgiendo el tiempo) y aparecen siete inteligencias más que son las inteligencias querubínicas. De esta manera el Adam espiritual pasa a ser la 10ma inteligencia. Ahora, cada inteligencia del pleroma se compone de luces, cuando el Adam espiritual convoca al tawhid para poder ocupar su lugar, las luces no le obedecen y se da cuenta que tiene que crear el mundo manifestado expulsando a Iblis (el multiplicador).
Este relato no nos habla del pasado, el drama del cielo se da a cada instante de tiempo que percibimos. Si recordamos en anteriores escritos, el tiempo presenta intervalos, que es la posibilidad de presente absoluto, donde se ubica el Yo auténtico. La conciencia la definimos como ese Yo en el mundo, sustrayéndole la energía y convirtiéndola en psíquica dándole “vida” al mundo sensible. Pero hay un formador de la conciencia que son los arquetipos, o los ángeles. A través del consumo de esta energía se da vida al mundo y los mundos. Esto termina de darle forma al mundo que conocemos a través del cerebro, que es un deformador de la realidad y crea una realidad sensible, a su vez se distorsiona por lo que se llama el rasgo principal, que es una distorsión de la realidad que crea el cerebro. Pero si el cerebro crea la realidad sensible al percibir las frecuencias de onda de los entes, el cerebro se comporta también como ente que se percibe. Por lo tanto tiene que haber algo que creer al cerebro. Es lo que Nimrod llama la memoria arquetípica, pero donde su análogo con los arquetipos universales es la segunda inteligencia, el alma universal.
El alma, las almas son donde operan los distintos tipos de arquetipos, sean los universales, lo arquetipos de la memoria arquetípica (cerebro) y finalmente ya en el hombre manifestado los símbolos arquetípicos hasta llegar al conciente.
Los términos alma, mente, psique son los ámbitos de operación de los arquetipos. El yo absoluto está fuera de ese dominio, pero cuando el yo percibe los arquetipos se va creando la conciencia. Así el progreso en la conciencia no llevará a estados de conciencia superior, pero llegar a la Primer Inteligencia es seguir en situación de pérdida dado el estupor y nostalgia que siente esta. Aquí es donde cobra sentido que el Adam espiritual se rebele y pretenda volver a lo manifiesto, pues sabe que evolucionar no le quita la tristeza de las existencias anímicas.
De esta forma empiezan los interrogantes: ¿Por qué la esencia del hombre universal cayó como Tercer Inteligencia? (Recuerda la idea de la Santísima Trinidad) ¿Cuál es la labor de los siete arcángeles querubínicos? ¿Hacer regresar al paraíso al Adam espiritual, la tercer inteligencia? ¿Hacer que retorne al Incognoscible?
Muchas especulaciones podemos hacer desde lo teológico (entendiéndola como psicología profunda), pero solo la sensación de yo o recuerdo de sí o el sí mismo en estado de guardia, para que los objetos del mundo no nos alteren, nos podrá llevar a la respuesta vivencial.
Todo esto está en nuestra mente, nada es ajeno, ni el Origen se encuentra en el pasado o futuro, sino hacia la noche de la conciencia.

15 comentarios

Tiempo y conciencia

Por IVLAK

Dentro de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea, el Pontífice explica que existe un tiempo trascendente y uno inmanente. El tiempo trascendente es en síntesis el de una parte del inconciente y el conciente. Siendo en realidad el conciente una “visión de los entes”. Pero el otro tiempo, el inmanente es perpendicular al trascendente y es el del “YO”, donde se da la conciencia.

En la literatura de Henry Corbin («El hombre de luz en el sufismo iranio», etc.) menciona que algunos pensadores místicos del chiísmo islámico han hablado de un tiempo sutil o agradable (latif, en árabe), otro hipersutil (altaf, en árabe) y un tiempo del malakut que es el mundo sutil del alma. Si bien con este artículo no entraremos en detalles que si los buscamos encontraremos diferencias y similitudes, son visibles los parecidos, siendo dos fuentes y tradiciones aparentemente diferentes. Si bien el tiempo es una sucesión de eventos y en estos tiempos es una medición numérica, la rapidez con que transcurre o la lentitud no está dado según la medición, sino por la percepción del sujeto y el evento que transcurre. De tal forma es de observar que el tiempo es netamente un fenómeno mental.

Claro que desde la física cuántica moderna (años 1930`) se sabe que una partícula subatómica muchas veces se comporta en forma de partícula cuando aparece un observador inercial (un hombre observando el evento), pudiendo ser una, dos, tres, etc., cambiando del estado original el fotón (energía) al de partícula (materia – ver átomo de bohr). Desde aquí se deduce que la materia aparece cuando hay conciencia. Al hablar de materia es indudable que hablemos de espacio. Ahora bien, ¿qué se necesita para recorrer un espacio? Lo mínimo es TIEMPO. Para ir del espacio 1 al espacio 2 se necesita un tiempo T. Pero ¿qué se necesita para ir de un tiempo 1 a un tiempo 2? Tiempo, no espacio. Implica que el espacio es producto del tiempo y este es esencialmente mental. Por lo tanto el supuesto espacio debería ser diferente si el tiempo fuera otro, quizás hasta inexistente. Al ser el concepto tiempo el Rey de los entes, por lo menos en nuestro nivel de conciencia, debe el demiurgo ser su sustancia.

Otra relación con la física cuántica, se menciona, solo teóricamente que la mínima porción de materia es la antimateria (atención con esto, que si bien es una hipótesis no significa que haya sido verificada por la comunidad científica oficial), o sea que allí se encontraría la sustancia del “mundo”.

Una diferencia entre Ibn Arabi (místico islámico) y la escuela asheri (escuela filosófica islámica) es que el primero sostenía que la sustancia era Allah, mientras que la escuela sostenía que Allah estaba “más allá” dado que según el Corán el peor pecado es asociar algo a Allah y por tal se transformaría en un ente. De esta forma explicamos que hay dos tipos de entes, los mentales y los materiales, pero que tienen una sustancia común que es arquetípica o quizás en el mundo chiita es el tiempo del malakut (con esto no se quiere decir que sean lo mismo, sino que hay congruencias). Sin duda Allah puede ser un ente si lo concebimos como un dios con barba, puede ser un ser cuando nos fundimos en él, o podría ser el Incognoscible cuando no lo pensamos, no lo sentimos, NO.

Otra similitud con la Sabiduría Hiperbórea es que en esta se habla de hacer crecer la esfera egoica, mientras que en el Islam se habla de islamizar el ego. En este punto se puede caer en confusión demiúrgica cuando el objetivo del místico islámico sea la aniquilación en Allah y este sea concebido como un ente o el ser, pero si a Allah no se lo interpreta, quizás la única vía es percibir el YO propio. Como dice un maestro islámico, el YO del hombre es una “corriente” provenida de Allah al tiempo “discontinuo” del conciente. Pues este es pasado y futuro, mientras que el YO es una posibilidad de presente absoluto. Pero nuestro YO cuando observa los entes y vive en ese mundo, no se percibe y está sedado por el futuro que espera o el pasado que“observa”, pero nunca ES PRESENTE. Debemos entender que el YO y la conciencia son diferencias en similitudes, o sea tiene que haber sensación de YO en el mundo para que haya conciencia, el YO EN EL MUNDO”, donde descarga toda la energía en los entes dado a la conciencia y nada para percibirse y por esa“cuerda” liberarse volviendo a su hogar.

En la terminología islámica de Sohrabardi habla del hombre de luz cuando logra el despertar, luego que pase el sexto cielo, donde se percibe el sol negro nacer para desarrollar en el séptimo cielo el Imán Oculto (Henry Corbin).

Como decía el Pontífice tenemos que agrandar nuestra esfera egoica que es diferente a los egos generados porque el ego perdido reaccione a los estímulos de los mundos. Luego de que sea grande capaz que podremos tener el vínculo con el espíritu.

El profeta Muhammed decía “si ustedes supieran lo que yo se, reirían menos y llorarían más”. Quizás hay algo en el mensaje que no nos es revelado, o por lo menos a los cristianizados.

Para finalizar diré que esto no es claudicar a la mística rúnica, no olvideis que el mundo persa (hoy cuna del chiísmo) está lleno de runas.

10 comentarios